La edición número 54 de la Caracolá Lebrijana 2019 pone término a diez jornadas de flamenco marcadas por un denominador común, el éxito de público y la calidad de sus espectáculos. La gran noche final es la Gala de Entrega del Caracol de Oro, la célebre insignia que, en esta ocasión, se ha otorgado al cantaor lebrijano Manuel de Paula.

Es un reconocimiento, según la declaración municipal, «a la trayectoria personal y artística de un lebrijano, gran protector de lo mejor del flamenco, al tiempo que vanguardista e innovador de este arte universal». En declaraciones a Expoflamenco, el célebre cantaor dijo: «Que te den un reconocimiento de esta categoría en tu pueblo es una alegría, y una satisfacción muy grande. Me siento muy querido en Lebrija».

Ante la pregunta de cómo ve el futuro del cante lebrijano, Manuel de Paula afirmó que «el flamenco en esta tierra perdurará siempre, por los siglos de los siglos. Es un pueblo fundamental en este arte, por su historia, por los artistas que ha dado y los que sigue dando. La cantera empuja fuerte. Por eso te digo que el flamenco en Lebrija no tiene fin».

Manuel Valencia Carrasco nació el 8 de abril de 1956 en la flamenquísima calle Cantarranas. Es hijo del cantaor Manuel Valencia Vargas El Caneco y de la cantaora Ana Carrasco Peña, de la célebre saga de los Paula, a la que también pertenece Curro Malena. En 1970, con solo catorce años, Manuel ganó el Primer Premio del Concurso Nacional de Cante Jondo Antonio Mairena.

La gala, presentada por el periodista Antonio Ortega, contó con las actuaciones de José de la Tomasa, Pedro el Granaíno y María Terremoto, al cante. Y el baile de Manuela Carpio. Todos ellos cumplieron de sobra con las expectativas de un público sabio, aficionado y exigente.

Fotos: lacaracolalebrijana.es