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De guitarreras maneras: las disciplinas

Una nueva sección para iluminar el universo flamenco de la sonanta. Temas históricos, técnicas, escuelas, disciplinas, construcciones, etcétera. Comenzamos con unas reflexiones sobre el acompañamiento al cante y al baile, incluidos sus nombres propios.


Comenzamos una nueva andadura y un nuevo proyecto. Animado por Manuel Bohórquez, desarrollaremos el universo flamenco de la sonanta. Iniciaremos esta andadura con temas históricos, técnicas, escuelas, disciplinas, construcciones, etcétera. Aunque, eso sí, por otro lado continuaremos con las semblanzas a los maestros que han engrandecido este instrumento.

 

Todos conocemos la guitarra flamenca como instrumento. Sabemos que se trata de un instrumento de cuerda pulsada. En su ejecución técnica realiza diferentes melodías y armonías pulsando las cuerdas con los dedos o, en otros casos y estilos, con un plectro o púa. No obstante, sabemos de la dificultad que conlleva el noble arte de la guitarra. Y aunque este instrumento se introdujo en el flamenco para acompañar al cante, la evolución que ha tenido hasta nuestros días es extraordinaria. Es más, dentro del mismo instrumento, y enmarcado en un mismo género musical, apreciamos tres disciplinas con una identidad flamenca cada una. Incluso, a lo largo de los más de dos siglos de historia del flamenco, encontramos verdaderos maestros que han sentado cátedra en cada disciplina. Con las diferentes disciplinas nos referimos al toque de acompañamiento al baile, el acompañamiento al cante y el toque solista o de concierto.

 

En el género flamenco apreciamos una clara tradición de transmisión oral. En el caso del toque, esta transmisión se produce cara o cara. Hecho que entre los guitarristas es vox populi: “Nos cogemos las cosas unos a otros”. El análisis de este instrumento ha llevado a la aparición de tratados, métodos, transcripciones e incluso estudios en favor de su evolución. Por ello, sabemos que todo guitarrista flamenco dispone de un amplio abanico de recursos para su formación. Y es de vital importancia la práctica real cuando se trata del acompañamiento al cante y al baile, puesto que en estas dos disciplinas existen unos códigos no escritos básicos en la evolución del guitarrista.

 

Sabemos que la guitarra aparece en el flamenco con la función de acompañar al cante. Y en lo referente al guitarrista de acompañamiento, aunque existen algunas diferencias entre el tocaor para el cante y el tocaor para el baile, hay aspectos comunes que todo guitarrista debe saber. Aparte de un conocimiento técnico de las posibilidades melódicas, armónicas y rítmicas, un guitarrista flamenco debe conocer los diferentes palos de la genealogía flamenca. Y debe dominar los estilos de cantes y sus diferentes ritmos y armonías. Es el acompañamiento el que aporta una base sólida y cómoda a la melodía del cante, y una buena sincronización entre el binomio cante-toque o en otros casos en el acompañamiento al baile.

 

Entre la cualidades imprescindibles y necesarias en el arte del acompañamiento, nos encontramos con el conocimiento de los cantes y su estructura. Ahí es donde la guitarra realiza una falseta a modo de introducción a lo que sigue la llamada al cante. Prosigue el cantaor con un temple de la voz, y a partir de ahí, canta un ramillete de estrofas, en un diálogo con interludios cortos a modo de falsetas elaboradas. Es de obligado cumplimiento la tenencia de un repertorio de falsetas y motivos guitarrísticos de diferentes cantes y en sus diversas tonalidades. También es conveniente que se trabaje, en forma de práctica real, de una buena intuición unida a una capacidad de improvisación musical con idea del buen desarrollo de los reflejos auditivos. Y vaya por delante la buena sintonía con el artista al que se acompaña y conocimiento de sus tesituras. Sin olvidar, por supuesto, el empleo de la cejilla para adaptarnos a lo que se demanda. Amén de dotar a cada toque de su identidad y jondura flamenca.

 

En ámbitos parecidos, aunque con algunas diferencias, encontramos el acompañamiento al baile. Al igual que el tocaor acompañante del cante proporciona las entradas, remates, compases y cierres, el tocaor para baile tiene el difícil cometido de ser el escudero de las famosas llamadas, escobillas, silencios, desplantes o las flamencas pataítas, campanas y cambios o subidas de compás. Por lo que un guitarrista de acompañamiento para el baile, además de disponer de una técnica limpia, expresiva y flamenca, debe tener un extraordinario sentido del ritmo y del compás. Sus rasgueos, arpegios, trémolos, picados o pulgares, siempre al servicio de la expresión corporal. Como se puede apreciar en la realidad, cada baile posee unas señas identitarias que lo hacen característico. Sirva como ejemplo el baile por tarantos, por alegrías, por garrotín, por soleá o por seguiriyas, donde cada palo posee unas estructuras diferentes y propias.

 

Históricamente conocemos de la existencia de verdaderos maestros del arte de la guitarra en sus diferentes variantes. Desde mediados del siglo XIX, cuando se introduce la guitarra con un toque, donde el instrumento se apoya entre las piernas –lo que tradicionalmente se conoce como toque a lo barbero–, su evolución ha sido extraordinaria. Y destacamos dos hitos importantes que cambian el devenir de este instrumento: las apariciones de Ramón Montoya y Paco de Lucía.

 

 

«A lo largo de dos siglos de historia del flamenco, encontramos verdaderos maestros que han sentado cátedra en cada disciplina: el toque de acompañamiento al baile, el acompañamiento al cante y el toque solista o de concierto»

 

 

En el acompañamiento al cante contribuyen infinidad de guitarristas que asientan las bases del acompañamiento al cante, así como de las estructuras guitarrísticas. Podemos remontarnos hasta Paco de Lucena o Paco el Barbero pasando por Rafael del Águila, Perico el del Lunar o Manolo de Huelva. Existen sagas familiares donde el acompañamiento es un arte, como pueden ser los Moraos, Parrillas o Habichuelas, donde Parrilla de Jerez, Moraíto o Juan Habichuela representan su máxima expresión. Pero si hay un guitarrista docto en este noble arte es Melchor de Marchena, acompañante de dos de los mas grandes genios de la historia, Manolo Caracol y Antonio Mairena. Y su evolución se aprecia en su hijo Enrique de Melchor. Además, apreciamos este arte en maestros como Niño Ricardo, Eduardo el de la Malena, Currito el de la Jeroma, Antonio de Sanlúcar, Ramón de Algeciras, Quino Román, Pedro Bacán, Pepe Martínez, Manolo Domínguez, El Poeta, Quique Paredes, Manolo Brenes, Miguel y Juan Vargas, Paco y Miguel Ángel Cortés, El Perla, Eduardo Rebollar, José de Pura, Manuel Silveria, Rafael Rodríguez El Cabeza, Ruben Lara, Diego del Morao, Miguel Salado, Paco León, Antonio Patrocinio, Fernando Moreno, Antonio Dovao, Francis Gómez, Niño Jero, Manuel Jero o Juan Manuel Moneo, entre otros muchos, ya que la lista sería muy extensa. Pero sin olvidar a dos guitarristas que también han llevado el acompañamiento a su máxima expresión: José Luis Postigo y Antonio Carrión.

 

En cuanto al toque para el baile, muchos de los antes mencionados también intervienen en espectáculos en los que el baile toma el protagonismo. Existen guitarristas que han hecho parte de su carrera creando música para distintos espectáculos de bailes, como Paco Jarana, Jose Luis de la Paz, Dani Vélez o Joaquín Amador.

 

Y por otro lado tenemos el toque solista. Aquí apreciamos la disposición de la técnica al servicio de la expresión flamenca. En las piezas musicales se desarrollan la temática flamenca de manera más ordenada y estructurada con respecto al toque de acompañamiento. Hecho que evoluciona a lo largo de la historia y se ejemplifica en obras de estudio obligado para todo guitarrista que se precie. Un toque más elaborado y minucioso sin dejar atrás que el grado de composición se eleva sin dejar apenas hueco a la improvisación. En esta disciplina se observa cómo ha influido en algo la guitarra clásica, puesto que el estudio de ciertas obras es muy recomendado para la ampliación de horizontes y conocimientos musicales. Por el contrario, muchos guitarristas clásicos realizaron sus pinitos en esta variante guitarrística, como los concertistas Julián Arcas y Amalio Cuenca.

 

Hoy día la guitarra flamenca de concierto se pasea alrededor del mundo con gran reconocimiento. Un alto grado de dominio técnico, armónico y rítmico que se materializa en guitarristas como Esteban de Sanlúcar, Mario Escudero, Miguel Borrul, Sabicas, Niño Ricardo, Serranito, Andrés Batista, Diego del Gastor, Isidoro Carmona, Manolo Sanlúcar, Paco de Lucía, Manuel Cano, Juan Serrano, Ricardo Miño, Vicente Amigo, Gerardo Núñez, Serranito, José Antonio Rodríguez, José Luis de la Paz, Rafael Riqueni, José Carlos Gómez, Paco Cepero, Paco Peña, Juan Carlos Romero, Alejandro Hurtado, Santiago Lara o Antonio Rey, entre muchos.

 

Existen otras circunstancias que llevan a muchos guitarristas a diferentes trabajos. Esto implica un salto cualitativo en el devenir guitarrero. Y en su preparación tanto para el acompañamiento como en su toque solista se observa esa riqueza rítmica, armónica y melódica. Claro ejemplo de ello son Manolo Franco, Niño Manuel López Romero, Manuel de la Luz, Salvador Gutiérrez, Pedro Sánchez, Álvaro Mora, Juan Campallo, Niño Seve, Manuel Valencia, Alfredo Lagos, David Hidalgo El Moncayo o José Juan Pantoja.

 

Actualmente, afloran en torno al mundo de la sonanta un grupo de mujeres con una calidad técnica exquisita y dedicadas a todas las disciplinas guitarreras. A lo largo de los siglos XIX y XX algunas mujeres se acompañaban, como Amparo Álvarez La Campanera, Josefa Moreno La Antequerana, Dolores la de la Huerta, Anilla la de Ronda, Teresita España o Adela Cubas. La evolución de estas artistas se observa hoy en día otras como Davinia Ballesteros, Antonia Jiménez, Laura González o Alba Espert.

 

En los sucesivos artículos se desarrollarán con más detenimiento las diferentes disciplinas que engloba la guitarra flamenca. Esto junto a otros temas de guitarrera importancia, a la espera que sea del agrado de todos los lectores.

 


Huelva, 1977. Maestro y guitarrista apasionado del flamenco. Investigador y divulgador de nuestra cultura. El camino del compás le lleva a ser un docente con duende.

7 COMMENTS
  • Francisco en Paris 5 febrero, 2023

    Interesante artículo ,gracias

    Una apreciación constructiva, qué pocos guitarristas para baile has nombrado frente las otras dos categorias 🙂 y sin duda merecen catégoría aparte.

    Esperando el siguiente artículo

    • Irra Torres 6 febrero, 2023

      Gracias, por tu apreciación, sin duda seguiré investigando y más adelante habrá un artículo sobre la guitarra en el baile. Un saludo

  • Jose Marin 6 febrero, 2023

    Que extraños que en este articulo no se mencione al guitarrista PEDRO SIERRA. Entiendo que habra sido un desliz.

    https://www.expoflamenco.com/bordonazo/guitarristas-por-el-mundo/

    • Irra Torres 7 febrero, 2023

      Gracias por el comentario, pero es verdad que la lista es muy larga e imposible nombrar a todos. Pero en sucesivos artículos nombraré a otros y a la importante labor que realizan. Cómo Pedro Sierra, por ejemplo.

  • Antonio Muñoz Bermudez 12 febrero, 2023

    Y tomatito

  • José Luis Vargas Quirós 13 febrero, 2023

    Irra, enhorabuena por este trabajo. Es generalista y supongo que luego lo irás desmenuzando. Interesante tantos nombres (algunos desconocidos para mí). Y es evidente que no puedes nombrarlos a todos, pues sería interminable la lista. Un abrazo y de nuevo un reconocimiento a tu afición y trabajo.

    • Irra Torres 13 febrero, 2023

      José Luis, enormemente agradecido, seguiremos trabajando en esa línea para, como bien dices, desmenuzar este maravilloso mundo. Un abrazo.

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