Diego del Morao (Jerez, 1978) es de esos guitarristas que convencen en prácticamente la mayoría de conciertos, bien como acompañante o como solista. Es hijo, nieto, sobrino y primo de guitarristas, por lo que el compás en el rasgueo lo aprende de forma natural. Está en un momento cumbre en el que ya vislumbra su segundo disco en solitario después de tantos años sin grabar (Orate, 2010, Warner Music Spain). Por ello, reconoce que “lo que grabe tiene que tener transcendencia, no sacar un disco y que no pase nada”, aunque advierte que no “soy un guitarrista que vaya a sacar muchos discos en mi vida”. Actualmente acompaña, entre otros, a Israel Fernández, de quien valora su “trabajo, dedicación y la adoración al flamenco”. Con El Torta pierde pie, y afirma con contundencia que “yo no le llego a mi padre ni al talón”. Y que si alguien lo llama “genio”, él le responde como diría Niña Pastori, “que soy un chascarrillo”.

«Ahora tengo más miedo y más dudas en mi guitarra pero eso no se cura»

El guitarrista Diego del Morao, durante la entrevista con Juan Garrido en las Bodegas del Ayuntamiento de Jerez.