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Carmelilla Montoya: «He nacido en Triana, mi baile es de Triana, mi esencia es de Triana»

La bailaora sevillana se retira de los escenarios por problemas de salud y la plana mayor del flamenco patrio le rinde un sentido homenaje el 5 de diciembre en Fibes. «Esto se va a quedar siempre en mi mente hasta que Dios me tenga en el mundo», dice.

La bailaora Carmelilla Montoya, en Radio Sevilla. Foto: perezventana

«Soy una persona multimillonaria en amigos y en gente que me quiere», afirma Carmelilla Montoya (Sevilla, 1962), bailaora gitana de fuste. Formó parte de la Familia Montoya, grupo de arte flamenco que supuso una revolución. Allí estaban Antonia la Negra y Juan Montoya, padres de Lole Montoya, y el talento natural de Carmen Montoya y su hija Carmelilla. El 5 de diciembre de 2019, el Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla – Fibes acoge un merecido homenaje a su figura tras pasar más de cuarenta años recorriendo el mundo con su baile. La lista de los artistas que se han apuntando a la fiesta es sencillamente deslumbrante: Antonio Canales, Cristina Hoyos, Milagros Mengíbar, La Farruca, Eva Yerbabuena, Pastora Galván, Pansequito, Aurora Vargas, José de la Tomasa, Amador Rojas, Remedios Amaya, Rafael Riqueni… Pueden ver el cartel al final de esta entrevista, y en este enlace comprar las entradas.

Carmelilla, que es Premio Nacional de Baile y ha participado en un sinfín de espectáculos, es una de esas bailaoras flamencas que no se pueden catalogar en ninguna corriente que no sea la tradición gitana y su impronta personal. La artista atiende a ExpoFlamenco en la sede de Radio Sevilla – Cadena Ser. Posa ante la cámara sentada al mismo piano que tocaba la Orquestina en la Tertulia Flamenca de Rafael Belmonte, primeros ochenta. Por aquí pasaron Fernanda, Bernarda, Camarón, La Paquera, Manuel Molina… Ildefonso Vergara, el más flamenco de esta casa de la radio, nos cuenta que el piano era negro, pero que Jesús Quintero mandó pintarlo de blanco en aquellos años en los que se emitía desde aquí el clásico Loco de la colina. Tremendo contexto, rediós.

 

– «Bailaora de pasos cortos y elegantes. De belleza gitana y perfil flamenco. Tuvo siempre el don de la gracia y el compás. Con tres años ya era capaz de pintar caracolas con las manos». Palabras de nuestra querida Carmen Arjona Pabón en el Ofrecimiento del XVII Festival Flamenco del Melocotón, Villaverde del Río. ¿Algo que decir?
– Preciosas. Palabras preciosas, maravillosas.

– Explíquenos eso de los pasos cortos y elegantes.
– El baile de Triana siempre ha sido de pellizquitos.

– El 5 de diciembre recibe un gran homenaje en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla – Fibes. El cartel es excepcional. Definitivamente, cuenta usted con el cariño de los flamencos.
– Tengo el cariño de los flamencos y de Sevilla entera. Está claro. Creo que es por mi trayectoria, por lo que llevo hecho en el flamenco. Y también por la persona, que es más importante aún que el artista.

– En el acto de presentación de la velada, Cristina Heeren mencionó que este iba a ser un homenaje a un símbolo del arte de Triana. ¿Se ve así?
– Hombre, la verdad es que sí. De todas las bailaoras que había en Triana, la más joven que queda soy yo. He nacido en Triana. Mi baile es de Triana. Mi esencia es de Triana.

– No sabemos si alegrarnos de eso, doña Carmen. De que no salgan nuevos bailaores en este hermoso arrabal. Será que los jóvenes flamencos se dedican al alquiler vacacional de apartamentos turísticos.
– No lo veo bien, la verdad. No hay una calle con tres casas seguidas de vecinos. Esto se está convirtiendo en un museo turístico. Pero bueno, yo de esas cosas no entiendo.

– El cartel del homenaje está repleto de primeras figuras. Ni la Bienal, vaya.
– Orgullosa no, lo siguiente. Todo gracias a la labor de Jesús Molina.

 

«Me conmovía cuando Camarón me hizo así en la fiesta de Morón, escuchar ese quejío de La Paquera, ese cante de Juanito Villar, esa bulería del Turronero, ese cante añejo de la Fernanda y la Bernarda»

 

– Hablemos de baile. ¿Usted es, como dicen, una bailaora de sentimientos?
– Totalmente. Cuando tenía tres años, decía mi madre que me ponía detrás de una cortina, como si fuera un escenario, y yo sola me hacía mi compás de soleá. He vivido eso toda mi vida. Antes de La Familia Montoya, yo ya trabajaba a los once años con mi madre. Nos llamábamos Las Montoyas.

– ¿Su baile es de la escuela sevillana?
– Yo veo más ahí a Matilde Coral, Milagros Mengíbar… El baile de Manuela Carrasco o el baile mío son totalmente diferentes. Un baile más gitano. Pero me siento bailaora de Sevilla, por supuesto que sí. Y de Triana.

– ¿Y qué le ha aportado Triana al baile flamenco?
– Como se bailaba en Triana era como se bailaba en el resto del mundo. Ahí está Triana pura y pura, la película antigua, que ves a veinte viejos y ninguno se parece al otro. Eso es lo que ha dado Triana. Mucha gente que no es de Triana baila que quita to el sentío, pero que hay un sello propio de Triana, eso es seguro.

– ¿Qué recuerda de su infancia flamenca?
– La casa de mis padres era el punto de encuentro de artistas de la época: Aurora, Curro Romero… Ahí nació la Familia Montoya, durante una Navidad en Las Letanías, Tres Mil Viviendas.

 

La bailaora Carmelilla Montoya, junto al piano blanco de Radio Sevilla. Foto: perezventana

La bailaora Carmelilla Montoya, junto al piano blanco de Radio Sevilla. Foto: perezventana

 

– ¿Se ha perdido ese ambiente?
– No es que se haya perdido. Es que ya no están los que tenían que estar. La Familia Montoya ya no existe. De lo que se ha conocido, solo quedo yo. Mi madre está muy viejecita. Mi padre ya no está. Mi tío Juan ya no está. Mi tía Antonia La Negra ya no está.

– ¿Le gusta el baile flamenco que ve ahora?
– Sí, me encanta. A mí, como bailaora, me gustan todas las clases de bailes y danzas. Hay mucha gente que baila muy requetebién. Yo creo que es lo que ha evolucionado más: el baile. Todos los bailaores, en sus diferentes estilos, tienen todos mis respetos. El que sea más y el que sea menos.

 

«Me siento orgullosísima de lo que Dios me ha puesto por delante. Todos los obstáculos, las alegrías, las penas, mis éxitos. Estoy orgullosa del tiempo que he tenido que estar aquí»

 

– ¿Quién le estremece sobre el escenario?
– Quien más me estremece es Farruquito, por supuesto. Pero hay muchos jóvenes que me gustan, incluso los que mezclan estilos. Yo soy una persona muy abierta. He hecho muchas cosas que no han sido flamencas. Yo he hecho Fedra. He hecho Desde el alma con Carmen Linares. He hecho música de Los Tarantos. Es que mi currículum es muy amplio. Al director del Ballet Nacional, Rubén Olmo, que es mi amigo, le he pedido que haga algo en zapatillas, y se va a hacer. Me gustan todas las músicas, no solo el flamenco. Vengo de ahí, el flamenco, pero me encantan la danza y el baile clásico.

– Usted le ha bailao a los grandes. A los dioses.
– Mira, yo he estado con Camarón, Turronero, Chocolate, Juanito Villar, La Paquera, Fernanda, Bernarda… Con toda la época dorada del flamenco, ahí he estado yo. ¿Con quién disfruté más? Me conmovía cuando Camarón me hizo así […] en la fiesta de Morón, escuchar ese quejío de La Paquera, ese cante de Juanito Villar, esa bulería del Turronero, ese cante añejo de la Fernanda y la Bernarda… Es que no puedo decir uno más que otro.

– Ha sido profesora de la Fundación Cristina Heeren durante dos años. ¿Es cierto que al inicio de cada clase ponía a sus alumnos a cantar?
– Por supuesto. A cantar y a tocar las palmas. Que supieran lo que es el ritmo. Si no, ¿cómo les vas a montar un baile? Y como yo tengo la suerte de saber cantar… De hecho, yo hice mi disco de cante antes de ponerme enferma, se titula Homenaje.

– ¿Sus alumnos sabían cantar?
– No. Eso da igual.

– Muchos bailaores cantan atravesao.
– Sí, pero otros sí saben cantar. Por ejemplo, Andrés Marín canta aun mejor que baila.

– Si mira hacia atrás, ¿de qué se siente más orgullosa?
– Me siento orgullosísima de lo que Dios me ha puesto por delante en toda mi carrera. Todos los obstáculos, las alegrías, las penas, mis éxitos. Estoy orgullosa del tiempo que he tenido que estar aquí, de todo lo que tengo detrás. Toda la gente grande con la que he trabajado, todas las maravillas que he vivido. He tenido el privilegio de estar con todos los que ya no están.

– El 5 de diciembre en Fibes va a disfrutar de todos los que sí están.
– No tengo palabras para expresar mi agradecimiento a todas las personas que están ahí. Lo que se está haciendo, lo que se va a ver allí, es muy grande. Soy una persona multimillonaria en amigos y en gente que me quiere.

– ¿Y al público que va a agotar las entradas de su homenaje?
– Gracias a Sevilla. A los que vienen de fuera de Sevilla. Millones de gracias por apoyarme en mi retirada. Esto se va a quedar siempre en mi mente hasta que Dios me tenga en el mundo, que espero que sea mucho tiempo, aunque no pueda bailar en los escenarios.

 

La bailaora Carmelilla Montoya, en el patio central de Radio Sevilla. Foto: perezventana

La bailaora Carmelilla Montoya, en el patio central de Radio Sevilla. Foto: perezventana

 

 


Sevilla, 1969. Periodista andaluz de intereses etéreos y estrofas cabales. Tres décadas de oficio en prensa musical y cultural. Con arrimo y sin arrimo, para seres de cualesquier afecto.

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