Samuel Serrano (Chipiona, Cádiz, 1994) sigue su curso a pesar del confinamiento y de la delicada situación que marca la actualidad. Ante la caída de contratos en las pasadas y próximas fechas, el joven cantaor gaditano ha aprovechado el tiempo para agudizar su incipiente perfil de compositor con una canción “esperanzadora” dedicada al virus, así como para publicar unas sevillanas rocieras que define como “una obra maestra de Paco Cepero”.

 

–¿Cómo lleva usted el confinamiento?
– Estamos aguantando el tirón como podemos. Pero bueno, estoy aprovechando para estudiar y eso me anima a la hora de estar en casa. Estoy retomando cosas que tenía aparcadas como componer, estudiar literatura y poesía, y en definitiva, ocupar el tiempo. No quiero malgastarlo sino aprovecharlo.

– Un tiempo en el que podría haber estado usted disfrutando desde el escenario…
– Sí, claro, muchísimas actuaciones se han perdido. Entre peñas flamencas, salas y festivales…, cerca de catorce o quince contratos se han visto perjudicados. Ya no solo en el tiempo que hemos pasado, sino que esto afecta a las próximas semanas y meses, porque muchos promotores no se fían. Al principio me quedé perplejo, pero pasados los días uno valora que tiene salud y esto es lo importante. También afectó a un proyecto que comenzaba junto al cantante de rap Haze, con el que pretendíamos acercar el flamenco a otro tipo de público.

 

«Para llegar a componer mis propias letras he querido leer bastante literatura. Ahora estoy leyendo a Garcilaso de la Vega, García Lorca, Alberti…»

 

– Ha hablado usted antes de literatura. ¿Una afición de siempre?
– A mí siempre me ha interesado, desde que tengo uso de razón, la composición de temas y canciones. Para llegar a componer mis propias letras he querido, y quiero, leer bastante literatura, como en estos momentos, que estoy leyendo a Garcilaso de la Vega, García Lorca, Alberti… No soy un entendido en poesía, pero sí me ha causado siempre interés el perfil de compositores como Manuel Alejandro, Paco Cepero, Perales, Alejandro Sanz o Parrita. A raíz de esto, Cepero siempre me ha guiado y me aconsejó en su momento que estudiara, porque me abriría un campo inmenso para componer con facilidad. Del mismo modo, Haze, que estudia literatura para oposiciones, me aconsejó que leyera a Garcilaso.

– O sea, que aspira usted a cantar sus propias letras.
– Mi intención es precisamente la de crear un disco en el que pueda cantar mis propias composiciones. Como un cantautor flamenco, por decirlo de alguna manera. Una vez que acabe algunos compromisos con el maestro Cepero, quiero meterme en esa línea de cantautor.

– Reconozco que desconocía esta faceta suya. ¿Tiene usted alguna temática predilecta a la hora de escribir?
– Hablar de esto para mí es algo especial. Siempre lo he tenido algo escondido, por pudor o algo de vergüenza. Pero soñaba con poder hablar en un medio sobre este asunto. A tu pregunta, me inspiro más en el amor y el desamor, y en la libertad. No me interesa, por ahora, la política.

– ¿Cuándo escucharemos, entonces, algo de su puño y letra?
– Pues en mis redes sociales subí un vídeo casero que grabé en un momento muy complicado de este confinamiento, quizás cuando estaba la cosa peor. Yo me considero muy dramático, pero siempre intento transmitir un mensaje de esperanza. Entonces me inspiré y compuse Seguro que llegará, una canción aflamencada dedicada al virus. Ha tenido mucho éxito y no me lo esperaba.

 

«Me veo como un cantautor flamenco. Cuando termine algunos compromisos con el maestro Cepero, quiero meterme en esa línea de cantautor»

 

– Le habrá estimulado para seguir.
– Por supuesto. De ahí vienen las sevillanas Sueño rociero, que pretenden rendir homenaje a todos los rocieros, romeros, jinetes, creyentes… que este año no van a poder hacer el camino al Rocío. Las anteriores, tituladas En las marismas del cielo, que sacamos el año pasado y que me compuso Cepero, fueron un éxito y ha sido el tema que más ha sonado en mi corta trayectoria. Se han cantado en todas las romerías, ferias, en los grupos de amigos… Así que quiero agradecerlo de esta manera, sacando al mercado otras para que disfruten también este año. Es otra obra maestra de Cepero.

– ¿Solo voz y guitarra?
– No. Aunque es una producción muy sencilla, ha participado más gente como Poti Trujillo, a la percusión, Ricardo Piñero, al bajo eléctrico, y Paco León, que nos ha acogido en su estudio de grabación. José Amosa ha sido quien ha pilotado esta nave, y Mario Alberni se ha encargado de la masterización.

– ¿Pueden escucharse ya?
– Están subidas (las sevillanas) a las plataformas digitales, aunque tengo muchas ganas de que, dentro de muy pocos días, las estrenemos desde mi canal de Youtube. El videoclip está grabado en Chipiona, en una zona muy natural con paisajes como los del Coto de Doñana… Es interesante que los lectores de ExpoFlamenco sepan que tengo mi propio canal para que se suscriban.

 

«Me emociona saber que mi cante es escuchado por la gente de mi edad o por los que toman una copa en un bar. Grandes maestros como Camarón, José Mercé o Lebrijano ya consiguieron eso»

 

– La tecnología parece que juega un papel más importante que nunca. ¿Se maneja usted bien en este ámbito?
– Ahora mismo no hay otra cosa. Internet tiene su lado bueno y su lado malo. Habrá hecho daño a la industria de la música, como se dijo en su día, pero es cierto que es increíble su lado positivo para que el flamenco tenga millones de seguidores en el mundo. Los jóvenes que no tenemos demasiados medios económicos y no podemos llegar a las programas de radio, pues aprovechamos los medios que tenemos. Los seguidores pueden consumir nuestra música de forma rápida y directa, y eso es muy importante.

– Además, teniendo en cuenta que el público joven es indispensable para que el flamenco siga creciendo.
– En esta filosofía estoy desde mi primer disco, que titulamos Dos caminos pensando en la tradición pero teniendo en cuenta a las nuevas generaciones. Hay gente que no se identifica con el flamenco por temas sociales o culturales, porque se sienten poco identificados, y eso hay que seguir rompiéndolo. Yo siempre pienso en el sentido de cada hecho y no en el dinero. Me emociona saber que mi cante es escuchado por la gente de mi edad o por los que están tomando una copa en un bar, por ejemplo. Grandes maestros como Camarón, José Mercé o Lebrijano ya consiguieron eso, y yo no voy a descubrir nada. Hay quienes van a un teatro a escucharme cantar Pares y nones, pero también escuchan la seguiriya.

– Para terminar. ¿Sigue usted los movimientos asociativos creados en pro del flamenco en esta pandemia?
– Hace una semana me llamó Marina Heredia para que me hiciera socio de Unión Flamenca. Lo veo muy positivo, porque los artistas nos vemos muchas veces indefensos. Esto te aporta asesoramiento jurídico y la unión ayuda a que todos luchemos por nuestros derechos.

 

Foto de Samuel Serrano: Irene Vélez