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La génesis del Festival de Cante de Las Minas [pódcast]

Primera entrega de la serie de pódcast 'Crónicas levantinas', de Joaquín Zapata. Vamos a acercar al oyente los cantes minero levantinos, el flamenco de ayer y hoy en la zona de Cartagena y La Unión, con especial atención al Festival del Cante de las Minas.


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Sean bienvenidos a este pódcast de Crónicas Levantinas que ofrecemos, en este programa piloto, a toda la audiencia de ExpoFlamenco. El objetivo de este espacio no es otro que acercar al oyente cuantos temas tengan que ver con los cantes minero levantinos, el flamenco de ayer y hoy en la zona de Cartagena y La Unión, con especial atención al Festival del Cante de las Minas, consignatario de esos cantes de levante a quienes debe su existencia y los que constituyen su razón de ser.

Corría el año 1961 cuando en el mes de abril el ruso Yuri Gagarin se convertía en el primer ser humano que viajaba al espacio exterior. La llamada carrera espacial estaba en pleno apogeo y los soviéticos tomaban una clara ventaja con esta acción. Al mismo tiempo, esa misma primavera del año 1961 recorría España una compañía artística que representaba un espectáculo denominado Cita de Estrellas, cuyo director y primera figura era el genial cantaor Juanito Valderrama. Los carteles presentaban al de Torredelcampo como «astro del cine, la radio y la televisión».

A juzgar por el lenguaje empleado, la cosa cósmica no era cuestión ajena a la sociedad española, o quién sabe si en realidad no se trata más que de una mera coincidencia. Lo cierto es que, si no ubicadas en constelaciones distintas, bien pareciera que España y la URSS eran por aquel entonces dos países muy alejados, no solo en lo geográfico.

En el año 1961, apenas unos pocos ciudadanos de La Unión poseían un automóvil, mientras que los rusos ya dirigían aeronaves y sentían de cerca los límites de la atmósfera terrestre. Aunque este no es más que el marco histórico del relato que les quiero contar.

Esta historia es por muchos conocida, pero créanme si les digo que la información que sobre ella se puede encontrar en la Red se encuentra un tanto dispersa. Ese es el motivo por el cual me he permitido que el contenido de este programa piloto no fuese otro que narrarles los hechos que dieron lugar al alumbramiento del primer Festival del Cante de las Minas.

 

«El festival que nació como respuesta a una bronca de Valderrama con el público de La Unión daría lugar al concurso más importante de cuantos se celebran en el mundo del flamenco»

 

 

Valderrama, Piñana y Las Minas

Como les decía. Es primavera y estamos en La Unión, provincia de Murcia. Lejos queda Rusia y ese páramo en el que ha aterrizado, salvando la vida casi de milagro, Gagarin tras su peripecia cósmica. La terraza Argüelles se prepara para una ocasión especial. No todos los días se presenta ante el respetable de la ciudad minera el gran Valderrama, que a la sazón seguramente viene acompañado de una pléyade de artistas flamencos y no tan flamencos, como Emilio el Moro, Adelfa Soto, La Niña de la Puebla, Paul Ray –un tipo que toca la armónica– o el guitarrista Juanito Serrano.

El elenco de artistas que le acompaña ese día en concreto nos es hasta este momento desconocido, pero lo podemos intuir por los que obran rotulados en los carteles anunciadores de la compañía, de las actuaciones que ese mismo año se produjeron en Cartagena el 22 de febrero y el 15 de julio, en el Teatro Romea de Murcia los últimos días ese mismo mes de febrero, o en el Teatro Guerra de Lorca, el 4 de marzo.

Se pueden imaginar la expectación que se ha generado con la esperanza de escuchar las famosas coplas El Inclusero o Su primera comunión en la voz del propio Valderrama.

La Unión es en este momento un municipio que vuelve a resurgir, está en plena expansión demográfica y las minas han retornado a funcionar tras años de franca decadencia.

 

«Si las circunstancias lo permiten, este verano de 2021 se celebrará la 60ª edición del Festival de Cante de Las Minas, con un año de retraso a causa de la pandemia»

 

Valderrama, que era un enamorado de los cantes mineros, tenía la ilusión de ejecutar algún cante de la tierra y, sin embargo, el público aquella noche no le dejó. A modo de testimonio redactó este artista la siguiente carta, que envió explicando en primera persona lo acontecido, muchos años después del suceso, a su amigo Antonio Piñana.

El contenido de la carta ha trascendido por la publicación que de ella se hizo por el biógrafo de Piñana, Juan Ruipérez Vera, quien la transcribió en su libro Historia de los cantes de Cartagena y La Unión, del año 2005.

No debe ser casualidad que la antedicha misiva se redactara en fechas tan postreras, más de veinte años después del primer festival que ganara el propio Piñana. Según relatara el cronista del festival, Asensio Sáez, las relaciones de Piñana con el Festival de La Unión no eran las mejores en aquel momento, eso a pesar de haber sido uno de los principales impulsores del certamen.

Piñana fue el primer ganador del concurso, además de jurado en algunas ediciones. También se dice que fue él quien trajo de vuelta a La Unión al hijo del Rojo El Alpargatero, quien conservaba en su voz y en su memoria la historia del primitivo cante minero y quien pudo relatarla en primera persona. Este regreso al origen de Antonio Grau Dauset fue de muchísima importancia para la historia del cante flamenco en general y para el cante minero en particular.

Decíamos que tal vez el motivo de que Piñana solicitara a Valderrama la redacción de la carta fuera el hecho de que se hubiera puesto en duda la intervención de Antonio Piñana en la génesis del concurso.

Lo cierto es que tras el acaecimiento de lo que Valderrama denomina «una simple anécdota», el entonces recién designado alcalde de La Unión, Esteban Bernal Velasco, comandó el grupo de hombres que hicieron posible la realización del primer Festival del Cante de las Minas, que se celebró el mes de octubre ese mismo año. No crean que la empresa fue fácil llevar a cabo, pero esa cuestión, si ustedes lo desean, la dejamos para otra ocasión.

Lo que ocurrió a continuación ya lo conocen ustedes, aunque sea a grandes rasgos. El Festival que nació como respuesta a una bronca de Valderrama con el público de La Unión daría lugar al concurso más importante de cuantos se celebran en el mundo del flamenco.

Si las circunstancias lo permiten, este verano de 2021 se celebrará su 60ª edición, con un año de retraso, a causa de la pandemia.

Con la guitarra de Pablo Barrionuevo Bernal, quien ha tenido la gentileza de acompañarnos con su toque minero durante todo el programa, nos despedimos hasta una próxima ocasión, si es que gustan.

 


La Unión, 1993. Abogado en ejercicio en Cartagena. Concejal en el Ayuntamiento de La Unión. Escribe de forma periódica en algunos medios digitales de flamenco. Siente pasión por el legado cultural de su tierra, a la que está indisolublemente unido por medio del flamenco. Las minas del corazón, nadie sabe dónde están.

2 COMMENTS
  • Domingo Rodriguez Concepción 16 febrero, 2021

    Me interesa mucho todo lo relacionado con el cante de las minas, a ver si de una vez se ponen de acuerdo, porque uno dice una cosa y otro dice otra. Por eso me encanta la intención de editar de una vez por todas la realidad de los cantes de La Unión.
    Siempre se ha dicho que la taranta de La Unión no es tal, que esa taranta es la de Linares y que La Unión no tiene cantes propios. Ese es el convencimiento de muchos aficionados, de hecho he asistido a varios congresos cuando se celebraban y el convencimiento era ese en términos generales, más o menos que La Unión no tiene cantes propios. Espero que me convenza de lo contrario.

    • Joaquin Zapata 16 febrero, 2021

      Hola Domingo.

      La Unión tiene cantes propios y no los tiene según como lo quieras ver.

      Las mineras, por ejemplo, son un cante que en La Unión se tiene como propio y que los artistas unionenses son quienes más y mejor lo han cuidado, conservado y desarrollado. Pencho Cros y Encarnación Fernández han desarrollado sus propias particularidades en ese cante.

      ¿Quiere eso decir que ese cante es suyo o del pueblo de La Unión?

      ¿Son las cartageneras de Cartagena o las murcianas de la ciudad de Murcia?

      Yo creo que es un debate un tanto estéril.

      Creo que es más acertado pensar que el arte pertenece a los artistas que lo crean y no tanto a los territorios.

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