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Antonio Reyes o la melaza jonda

El reclamo del chiclanero Antonio Reyes puso la Peña Flamenca Miguel Vargas a rebosar durante la XXXIV Semana Cultural de Actividades Flamencas de Paradas, Sevilla. Y luego la puso bocabajo tras un recital colmao de gusto.


Era uno de los platos fuertes de la Semana Cultural de Actividades Flamencas de Paradas. El reclamo del chiclanero puso la peña a rebosar. Y luego la puso bocabajo tras un recital colmao de gusto. Si bien no se reinventa cada noche, a Antonio Reyes lo asisten los duendes de vez en cuando. Esta fue una de esas ocasiones en las que a medida que calienta el gañote derrama la melaza jonda.

 

Principió por soleá estrujando sus fatiguitas en las variantes alcalareñas para abordar la de La Andonda o la de El Mellizo y rematar valiente con la de Paquirrí. En las alegrías le robó sal a Cádiz y se acordó de las de Córdoba, camaroneando con paladar, tejiendo los tercios recortaos y en su sitio, diciendo el cante y a compás. Se metió al público en el bolsillo con los tangos que ya llevan su nombre. Los ralentizó acaramelado meciendo los tiempos, luciéndose en los bajos. Y caracoleó. Le endosó un fandango de Pepe Aznalcóllar y hasta parecía tributar a Chiquetete.

 

El recital lo cerró al aire, con un fandango de El Gloria. Pero comenzó la tanda con un guiño a La Paquera en la salía, para mirarse en los mimbres de Caracol en la primera de sus tres sentencias. Antes cantó por bulerías sin olvidarse de la barquita de mis amores, letrillas de Juanito Villar y los honores a Pansequito, esposo de Aurora Vargas, a quien va dedicada la Semana Cultural paraeña.

 

Siempre escudao por las palmas de Tate Núñez y Ramoncito Reyes y por las cuerdas de una sonanta flamenquísima que evocó el toque de Cepero y el aire de Jerez, pero más atemperao. Su hijo Nono Reyes descolló por la sencillez y la servidumbre, tronando en los bordones de una guitarra con clavijero de palillos a la que la voz de Antonio le sisó medio mástil con la cejilla al seis o el siete.

 

 

«Antonio Reyes no pega voces, desenmaraña el cante como el que hace piñonate. Y todo lo que se guarda en apretones, lo otorga en sensibilidad. Le va a durar la voz más que un martillo en manteca. Y se regocija parando el reloj»

 

 

Antonio Reyes. XXXIV Semana Cultural de Actividades Flamencas de Paradas, Sevilla. Peña Flamenca Miguel Vargas. 15 abril 2024. Foto: Studio Beni

 

 

Lo mejor de la noche fue la seguiriya. Sin llegar al culmen ni el desgarro con el que la hizo en la pasada Bienal de Flamenco de Sevilla cantándole a la diosa del baile Manuela Carrasco. Antonio Reyes se fajó rebuscándose los siete dolores y rajó el luto de su pena negra entregándose en el macho entre fraguas, yunques y martillos. Sin ojana ni alivio, pellizcando las carnes, revolcándose en la herida.

 

Antonio no pega voces, desenmaraña el cante como el que hace piñonate. Y todo lo que se guarda en apretones, lo otorga en sensibilidad. Le va a durar la voz más que un martillo en manteca. Y se regocija parando el reloj. Aquí unos se duermen y a otros se les cae la baba. Pero encandila, como demostraron las espuertas de oles que se llevó a Chiclana y la tremenda ovación de los aficionaos cabales.

 

Un fondo de escenario con empaque

Son muchas cosas las que tienen la culpa de que la Semana Cultural Flamenca de Paradas sea de las mejores, si no la mejor, de toda la provincia. Una buena programación que la junta directiva de la Peña Flamenca Miguel Vargas le encarga al representante Antonio Montoya, unas actividades previas comprometidas con el flamenco como seña de identidad de la cultura con mayúsculas, buenas presentaciones. La de ayer, a cargo de la cantaora local Lidia Rodríguez, que lo bordó: «¡Amo a escuchá, por favó!». Buena afición, buena organización y buena gente. Estoy seguro que se me olvidarán muchos, pero se me antoja citar al presidente de la entidad, José Antonio Reina, que acoge como el abrazo de un hermano, a Pablo Parrilla, a Eduardo Pastor, a Manuel Martín (Martín Sonido) que sonoriza como nadie los espectáculos flamencos, a Fidel Galindo y otros tantos.

 

 

«El arte solo es arte cuando transmite. En eso José Antonio Brenes ‘Mota’ es un maestro. Cada una de sus obras es una parte desnuda de su piel. Y da igual que modele, pinte, escriba o figure. Si el corazón habla, al corazón llega. José Antonio no pinta con los pinceles sino con el alma»

 

 

José Antonio Brenes ‘Mota’. XXXIV Semana Cultural de Actividades Flamencas de Paradas, Sevilla. Peña Flamenca Miguel Vargas. 15 abril 2024. Foto: Studio Beni

 

 

Merece mención aparte la contribución de José Antonio Brenes ‘Mota’, un artista polifacético que lo mismo esculpe que dibuja, diseña o realiza pintura en vivo, con lo que nos deleitó anoche. Este flamenco de pasión, de corte renacentista, es el responsable de ponernos los vellos de punta y engalanar el aula de La Comarcal donde se desarrolla año tras año la Semana Cultural Flamenca. Son suyos los fondos de escenario, dignos de los proscenios de más alto nivel. Y el que luce en esta edición enamora y nos zamarrea por su empaque y flamencura. Confieso que me entró escalofrío cuando me lo presentó en primicia antes de la actuación. Porque el arte solo es arte cuando transmite. En eso Mota es un maestro. Cada una de sus obras es una parte desnuda de su piel. Y da igual que modele, pinte, escriba o figure. Si el corazón habla, al corazón llega. José Antonio no pinta con los pinceles sino con el alma. Así quedó plasmado para la posteridad el gañafón gitano del quejío indomable (gracias por retratarlo tan bien en esta definición, amigo Pepe Castaño) de la cantaora homenajeada Aurora Vargas.

 

Solo el fondo de escenario ya era en sí un gran espectáculo.

 

En recuerdo de El Quincalla

La sesión abrió con la proyección del documental El Quincalla, un cantaor de pueblo. Una modesta pieza en lo que a lo audiovisual se refiere, pero llena de momentos entrañables de la vida y obra del cantaor. Magníficamente guiada además por Eduardo Pastor y la fotografía de Studio Beni, cuyas imágenes del recital de Antonio Reyes que ilustran la crónica que acaban de leer son hijas de su mirada.

 

 

Ficha artística

XXXIV Semana Cultural de Actividades Flamencas
Aula de La Comarcal, Peña Flamenca Miguel Vargas, Paradas, Sevilla
15 de abril de 2024

Cante: Antonio Reyes
Toque: Nono Reyes
Compás: Tate Núñez y Ramoncito Reyes

Oripandó: raza, quejío y color
Mural pictórico dedicado a Aurora Vargas, por José Antonio Brenes

Proyección del documental Manuel Quincalla, un cantaor de pueblo Presenta: Lidia Rodríguez

 

 

Antonio Reyes. XXXIV Semana Cultural de Actividades Flamencas de Paradas, Sevilla. Peña Flamenca Miguel Vargas. 15 abril 2024. Foto: Studio Beni

 


Cantaor de la escritura. Jondura utrerana extrema.

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