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La Tremendita y el reguetón de Triana

La artista presenta en la Bienal de Sevilla su ‘Principio y origen’, un espectáculo en el que muestra sus credenciales trianeras acompañada por cinco guitarristas de primera, y suple cualquier flaqueza como cantaora a base de ambición y convicción


No hace mucho escribí que La Tremendita es el resultado de una conquista. Ella puede gustar más o menos, y de hecho tiene acérrimos defensores y detractores insobornables, pero nadie puede negarle que ha logrado ser ella misma. Y ser conquistador es lo más digno a lo que puede aspirar un artista. Lo malo es que, una vez cumplida la misión, toca que seguir el camino, acariciar nuevas metas.

 

La Bienal de Sevilla, que empezó acogiendo a Rosario en el teatro Alameda, la pasó luego al Lope de Vega y esta vez le reservó el imponente Maestranza, que es demasiado teatro para casi cualquiera. Lejos de dejarse intimidar, salió a escena del brazo de ese talismán que es Rafael Riqueni, trianero como ella, para empezar la noche por taranta y rematar con la celebérrima –y un tanto gastada por recurrente– Amarguras, “la banda sonora de nuestras vidas”, confesó la cantaora.        

 

Pronto quedó de manifiesto que en esta primera parte La Tremendita iba a mostrar sus credenciales, ese “origen que no siempre es el principio”, según recalcó, y para ello iba a hacerse acompañar, además de sus palmeros y de ese cajón excelso que es el del Piraña, de nada menos que cinco figuras de la guitarra. Casi todos ellos, por cierto, pluriempleados en esta Bienal.

 

 

«Tremendita se ha ganado el respeto del público flamenco. Lo ha conseguido con afición y con ambición, pero sobre todo con convicción, ese atributo del que carecen otros con mejores cualidades»

 

 

Tras el maestro Riqueni, el turno fue para Rycardo Moreno, que hizo lo propio por seguiriya. Le siguió Joselito Acedo por tientos con Concha dorada, uno de los cortes de su disco Tremenda que repite ese paradójico verso, “más pura que la heroína”, cuando la heroína suele ser el veneno más adulterado que hay. ¿Será una metáfora de la tan cacareada, y no menos paradójica, pureza del flamenco? Se non è vero…

 

Con algunos serios problemas de sonido en las guitarras y los coros, siguió el desfile de maestros de la sonanta de la mano de Paquete, cómplice ideal para adaptar las lorquianas Canciones de la Romería del llorado Enrique Morente, sin duda una de las sombras tutelares de la artista y de muchos otros cantaores de su generación. A continuación, Dani de Morón, ubicuo donde los haya, desplegaba una sonrisa elocuente mientras defendía sus ricas bulerías.

 

Tras un dueto trianero (y familiar) con Acedo y Riqueni, cerró el círculo de las apariciones estelares el virtuoso bajista Juanfe Pérez –“el que mejor me toca por alegrías”, lo presentó ella antes de cantarle dicho palo– y se clausuró la primera parte con las ya conocidas Abuelerías hechas de viejas coplas hilvanadas.

 

Parecía que, por una vez, se nos iba a mostrar una Tremendita esencial, acústica, íntima, pero era solo una cara de la moneda. La otra se reveló cuando Rycardo Moreno la acompañó en la petenera de Pastora y, de pronto, se abrió el telón de atrás y apareció un trío de músicos de rock embutidos en monos rojos entre luces máquinas de humo. Buen golpe de efecto, tributo implícito al fundacional Omega morentiano, pero que dejó a los flamencos de adelante prácticamente en la inopia, aplastados por el derroche decibélico por el que se deslizó en algún momento, traviesa, la sintonía de El coche fantástico.

 

 

«Se desaprovecharon las guitarras de lujo reclutadas para la ocasión. Salvo algún destello de Dani de Morón, tuvimos la ya conocida sensación de ver a cinco ferraris metidos en el garaje. Y el rato largo que pasaron cuatro de ellos en escena mirándose las caras mientras la banda rockera descargaba supone un grave error de dirección»

 

 

No hizo falta presenciar el final para llegar a algunas conclusiones. La primera es que Tremendita se ha ganado el respeto del público flamenco, por más que seamos muchos a los que su timbre de voz no acaba de enamorarnos. Lo ha conseguido con afición y con ambición, pero sobre todo con convicción, ese atributo del que carecen otros con mejores cualidades. Otro cantar, nunca mejor dicho, es que una hora y media de recital sea algo que le concedemos solo a unos cuantos: a veces es mejor dejar al personal con ganas, que correr el riesgo de empacharlo.

 

Todo esto es sin embargo fácilmente perdonable, pero no el hecho de desaprovechar las guitarras de lujo reclutadas para la ocasión. Salvo algún destello de Dani de Morón, tuvimos la ya conocida sensación de ver a cinco ferraris metidos en el garaje. Y el rato largo que pasaron cuatro de ellos en escena, como convidados de piedra, mirándose las caras mientras la banda rockera descargaba –menos mal que tuvieron la deferencia de dejar al maestro Riqueni entre bambalinas– supone un grave error de dirección.

 

Antes de concluir con algunos éxitos como la colombiana Oye mi voz o la bulería Al mal tiempo, La Tremendita, flotando en su nube, presentó unos tangos aseverando que “el reguetón se inventó en Triana”. Estaba tan exultante, tan dueña del escenario, que nadie se habría atrevido a discutirlo.       

 

 

Ficha artística

Principio y origen – La Tremendita
XII Bienal de Sevilla
Teatro de la Maestranza, 18 sep 2022
Cante, bajo eléctrico y guitarra. Rosario La Tremendita
Guitarra. Rafael Riqueni, Juan José Suárez ‘Paquete’, Rycardo Moreno, Dani de Morón y Joselito Acedo
Percusión. Israel Suárez ‘Piraña’
Batería y electrónica. Pablo Martín Jones
Teclados. David Sancho
Bajo Eléctrico. Juanfe Pérez
Palmas. Tremendo Hijo y El Oruco

 

 

Rosario La Tremendita y Rycardo Moreno. ‘Principio y origen’. Teatro de la Maestranza. XXII Bienal de Flamenco de Sevilla. 18 sep 2022. Foto: Archivo fotográfico Bienal – Claudia Ruiz Caro

 

Rosario La Tremendita y Joselito Acedo. 'Principio y origen'. Teatro de la Maestranza. XXII Bienal de Flamenco de Sevilla. 18 sep 2022. Foto: Archivo fotográfico Bienal - Claudia Ruiz Caro

Rosario La Tremendita y Joselito Acedo. ‘Principio y origen’. Teatro de la Maestranza. XXII Bienal de Flamenco de Sevilla. 18 sep 2022. Foto: Archivo fotográfico Bienal – Claudia Ruiz Caro

 

Rosario La Tremendita, Rafael Riqueni y Joselito Acedo. ‘Principio y origen’. Teatro de la Maestranza. XXII Bienal de Flamenco de Sevilla. 18 sep 2022. Foto: Archivo fotográfico Bienal – Claudia Ruiz Caro

 

Rosario La Tremendita, con la banda de rock. ‘Principio y origen’. Teatro de la Maestranza. XXII Bienal de Flamenco de Sevilla. 18 sep 2022. Foto: Archivo fotográfico Bienal – Claudia Ruiz Caro

 

Los cinco ferraris. Rosario La Tremendita. ‘Principio y origen’. Teatro de la Maestranza. XXII Bienal de Flamenco de Sevilla. 18 sep 2022. Foto: Archivo fotográfico Bienal – Claudia Ruiz Caro

 


Un pie en Cádiz y otro en Sevilla. Un cuarto de siglo de periodismo cultural, y contando. Por amor al arte, al fin del mundo.

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