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Festival de Cante El Búcaro: un revolcón de flamenco

39 Festival de Cante Flamenco El Búcaro. San José de la Rinconada, Sevilla. Madre, padre e hijo. El espíritu santo no vino, cediéndole el sitio al duende, que asomó la chorla a ratitos


La noche tibia del viernes 23 de septiembre fui con la pretensión de quemarme al 39 Festival de Cante Flamenco El Búcaro. La Bienal está dando pocos gustos. Necesitaba otro revolcón de flamenco. Al menos pude retozar un poquito, porque rodeado de amigos cabales se saborea esto mejor. Se rindió honor a una familia de arte. Pepa Montes, Ricardo Miño y Pedro Ricardo Miño. Bailaora, tocaor y pianista flamencos. Madre, padre e hijo. El espíritu santo no vino, cediéndole el sitio al duende, que asomó la chorla a ratitos sobre las tablas de la Hacienda de Santa Cruz de San José de La Rinconada.

 

Los actos protocolarios al principio. Antonio Carrión, guitarrista y presidente de la Peña El Búcaro, organizadora del evento, dio un repaso a la trayectoria de los homenajeados. La comitiva procedió a la entrega de placas. Las recibieron con notorio agradecimiento. Luego rompió el silencio la sonanta de Manolo Herrera hijo. Tocó por alegrías una composición que denotaba el gusto, además del intenso trabajo con el que viene empujando la cantera. Tiene madera por tallar. A poco que arrincone los nervios y le permitan mayor fluidez habrá que ir teniéndolo más en cuenta en el panorama de la bajañí. Tras el descanso que partió por medio el festival se creció más relajado por tangos. Le falta poco más que las tablas. Tiene diecinueve años. Le daremos el tiempo que necesite.

 

Con la castiza presentación de Salvador Milla, el cantaor Fernando El Goyo puso buenas intenciones en el cante. A la guitarra, Juan Quirós. Malagueña, milongas y fandangos de Vallejo por bulerías conformaron su repertorio. El sonido dio quebraderos de cabeza a los artistas durante casi toda la noche. La mayoría no se sintió a gusto en esas condiciones. No me queda más remedio que la benevolencia en la palabra ante taritas con justificación. Palmas que casi no se escuchaban y luego sí, alguna guitarra plana, acoples… deslucieron parte del espectáculo.

 

 

«Manuel de la Tomasa, el joven cantaor viejo, comenzó a coleccionar oles del respetable para devolverlos envueltos en quejíos personales que hicieron de su cante reposao cosita propia»

 

 

A Carrión se le iluminó la cara desde el segundo tercio del taranto con el que estrenó su cortejo Manuel de la Tomasa. El joven cantaor viejo comenzó a coleccionar oles del respetable para devolverlos envueltos en quejíos personales que hicieron de su cante reposao cosita propia. Se arriesgó con placer a mascar melismas donde le pidió el cuerpo. Estuvo meloso y le echó sal a la alegría de Cádiz o las cantiñas de los colegiales que bordaban Fernanda y Bernarda de Utrera. Concha Carrión y María Carrión lo acompañaron a las palmas. Birló aquel contrabandista los ojitos que puestos en él escucharon absortos cómo dijo eso. Conquistó siempre en los bajos. Anduvo menos fino de voz que otras veces pero enjundioso y colmao de detalles que suscitaron la emoción. Principalmente por seguiriya, donde la sangre le arrastra los soníos negros a la boca y es capaz de perderse en la negrura de una queja a fin de coronar con el primer macho de Curro Durse echando los restos. Por bulerías dijo adiós bien acompasao, razonando por qué no es promesa del cante sino evidencia presente de una figura terminándose de pulir. La guitarra de Antonio sirvió como de costumbre. Prestando su sitio al cante, con la irremediable flamencura que lleva mejor que en brazos a cualquiera que precie sentarse a su lado.

 

Irrumpió Alicia Gil trayendo consigo aires trianeros por soleá. Dominó cuantas variantes se posaron en su garganta de voz arenosa, tremendamente flamenca. Perfumó con las fragancias de la cava dejando su impronta en cada mecida, con distintas coloraturas en los bajos y altos, haciendo fácil lo difícil de gustarse y gustar. Transitó en volandas con la guitarra pulcra y jonda de Manolo Herrera. Y del Corral de los Judíos se fue a los tientos tangos. Al compás, sus hijas Carmela y Bebé. Alicia cantó con aplome en los primeros, canastera después, evidenciando el temple y el coraje con los que aborda a capricho los registros de los que se apodera. Antes de terminar con gracia por bulerías con giros preciosos y en las que puso al público a cantar el Manuela de su tía Esperanza la del Maera, cautivó con las bulerías lentas que le compuso con maestría Antonio Ortega para su último trabajo discográfico: Huele a mi agüela. Dejó sabor a potaje de hinojos y al cisco que calentó una actuación realmente gustosa.

 

 

«Unos se lamentan en el recogimiento tragándose el cante y otros escupen quebrándose a los cuatro vientos pregonando su dolor. (…) Nunca defrauda. Cuando el cante es bueno, siempre gusta. Y Jesús Méndez es garantía de calidad con denominación de origen»

 

 

El broche lo puso Jesús Méndez, que vino de Jerez a sustituir a Rancapino Chico. El chiclanero no acudió por problemas leves de salud. Jesús calló el patio por malagueñas en una ejecución perfecta, conteniendo el torrente que lo recorre. Sin argucias que lo aliviaran en los abandolaos que otros acostumbran a hacer como remate, le dio el protagonismo y la solemnidad que requiere a la variante de El Mellizo, apretando en los tercios valientes. En la bulería pa escuchá se quedó en casa acordándose de La Moreno, se dejó la piel en la de Frijones y ligó con el cante como le dio la gana en un alarde de jerezanía abanderado por los ecos de su casta. Se rebuscó en la seguiriya. Unos se lamentan en el recogimiento tragándose el cante y otros escupen quebrándose a los cuatro vientos pregonando su dolor. Jesús crujió llorando el cambio:

 

No sé por qué
Me había tomao esta gitana
Tantito interés

 

Por bulerías cerró el candao. Honrando sus raíces, se miró en La Paquera, El Torta y Luis de la Pica. Fuera de micro formó el lío y con su pataíta de arte dejó el listón bien alto. Nunca defrauda. Cuando el cante es bueno, siempre gusta. Y Jesús Méndez es garantía de calidad con denominación de origen.

 

 

Ficha artística

39 Festival de Cante Flamenco El Búcaro
Hacienda Santa Cruz, San José de La Rinconada (Sevilla)
Viernes 23 de septiembre de 2022

Dedicado a la bailaora Pepa Montes, al guitarrista Ricardo Miño y al pianista flamenco Pedro Ricardo Miño

Cante: Jesús Méndez, Manuel de la Tomasa, Alicia Gil y Fernando El Goyo
Guitarra: Antonio Carrión, Manuel Herrera, Manuel Herrera hijo y Juan Quirós
Palmas: Concha Carrión, María Carrión, Carmela y Bebé
Presentador: Salvador Milla

 

 

Ricardo Miño. 39 Festival de Cante Flamenco El Búcaro. Hacienda Santa Cruz, San José de La Rinconada (Sevilla). 23 sep 2022. Foto: Studio Pocket

 

Pepa Montes. 39 Festival de Cante Flamenco El Búcaro. Hacienda Santa Cruz, San José de La Rinconada (Sevilla). 23 sep 2022. Foto: Studio Pocket

 

Manuel de la Tomasa. 39 Festival de Cante Flamenco El Búcaro. Hacienda Santa Cruz, San José de La Rinconada (Sevilla). 23 sep 2022. Foto: Studio Pocket

 

Alicia Gil. 39 Festival de Cante Flamenco El Búcaro. Hacienda Santa Cruz, San José de La Rinconada (Sevilla). 23 sep 2022. Foto: Studio Pocket

 

Jesús Méndez. 39 Festival de Cante Flamenco El Búcaro. Hacienda Santa Cruz, San José de La Rinconada (Sevilla). 23 sep 2022. Foto: Studio Pocket

 

Antonio Carrión. 39 Festival de Cante Flamenco El Búcaro. Hacienda Santa Cruz, San José de La Rinconada (Sevilla). 23 sep 2022. Foto: Studio Pocket

 

Manuel Herrera Hijo. 39 Festival de Cante Flamenco El Búcaro. Hacienda Santa Cruz, San José de La Rinconada (Sevilla). 23 sep 2022. Foto: Studio Pocket

 


Cantaor de la escritura. Jondura utrerana extrema.

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