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Raúl Montesinos, así cantaba Silverio

El cantaor morisco y el guitarrista Antonio Carrión ofrecieron un magnífico recital en el ciclo Conocer el flamenco de la Fundación Blas Infante.

Recital de Raúl Montesinos y Antonio Carrión. Ciclo Conocer el Flamenco. Fundación Blas Infante. Foto: Quico Pérez-Ventana (ExpoFlamenco)

Cómo cantaría aquel Silverio, se preguntaba Federico García Lorca en su Poema del Cante Jondo. Entre italiano y flamenco, la densa miel de Italia con el limón nuestro. Su grito era terrible. Los viejos dicen que se erizaban los cabellos y se abría el azogue de los espejos. Silverio Franconetti, el rey de los cantaores, el inventor del flamenco tal y como lo conocemos hoy en día. Fue picador de toros en América y sastre en Morón de la Frontera. Tan sevillano como la plaza de la Alfalfa, en cuyas proximidades nació en 1831, o las piedras de la plazuela de Pilatos que lo vieron crecer.

Ni una estatua, ni una plaza, ni una placa siquiera. A Sevilla la ingrata le cuesta tela guardarle el recuerdo a sus propios hijos. El busto está hecho desde hace décadas, aguardando en el estudio de su hacedor. Raúl Montesinos y el escritor moronense Luis Javier Vázquez le hicieron un monumento el 2 de mayo en la sede de la Fundación Blas Infante en Sevilla. Una custodia de arte, con valiosas reliquias en forma de seguiriyas y de padrones perdidos.

Luis Javier Vázquez ha dedicado años a la investigación sobre los cantaores de Morón de la Frontera, o que hayan tenido una relación con la ciudad de la cal. Su libro Silverio Franconetti y los Fillos. Un viaje por la historia del flamenco ha sido premiado por la Asociación Sevillana de Cronistas e Investigadores Locales ASCIL como Mejor obra de investigación local en la provincia de Sevilla. Luis desgranó en una pincelada la biografía de Silverio y la enmarcó en el contexto flamenco de su tiempo.

Raúl Montesinos Hoyos nació en 1974 en la localidad sevillana de La Puebla de Cazalla. Es la tierra de la Niña de la Puebla, de Diego Clavel y de José Menese. La cuna de los hermanos Moreno Galván. José María, periodista y crítico de arte. Francisco, pintor y poeta de letras flamencas, las que ha elegido Raúl para cantar junto a otras de Demófilo, el padre de los Machado. La Puebla es fuente inagotable de cante jondo y serio, con un valioso ramillete de jóvenes artistas como Ana La Yiya, Pepe el Boleco, Rubito Hijo o el propio Raúl.

Cante jondo y serio. Raúl es más serio que El Viti, que citaba a los toros en el juzgado. Viste de luto riguroso. Es que viene a cantar por to lo jondo, ah, será por eso. Tiene vocación docente y explica los cantes por adelantado. He preparado siete cantes. No son solo los de Silverio, sino también los que hacían sus coetáneos, porque un cantaor debe ser estudiado en todo su contexto.

Y a partir de ahí, una liturgia completa, el rito sagrado de la ortodoxia. El oficiante eleva las manos a la luna, la del alto cielo, para ofrecer a los fieles el cante de El Planeta, aquel que salvó de las llamas del olvido el genial Pepe Torres, hermano de Manuel. Es la seguiriya primitiva que viene a acunarse entre los brazos de Antonio Carrión, que lleva esta noche sábanas de seda en su guitarra. Qué voz más poderosa, que no duda en hacerse chiquita para meterte el pellizco por la zona baja. Y qué capacidad para volver a lo alto de un solo jipío, tirando de fuelle y de depurada técnica. El Polo natural de Silverio con su soleá apolá de Triana. Suena a cante grande el patio del palacio de la calle Sol, a pocos metros de los gitanos que guardan al Señor de la Salud. Esto lo inventó Silverio: la serie liviana, serrana con su macho, y el cambio de María Borrico.

Ya está caliente la guitarra, al siete por medio en la soleá. Sería así como cantaba Silverio, parecido, pero mucho más. Raúl va sobrado de facultades y de transmisión. Las letras que recopiló Demófilo se encadenan a las de Francisco Moreno Galván, como un rosario extraído de la calle donde estaba el Café de Silverio. Qué poderío, Enrique el Mellizo y La Andonda, Silverio y el Portugués, soleares de Triana transmitidas por Ramón el Ollero.

No me habías dicho que Raúl tiene la Lámpara Minera. Del repertorio de Franconetti, la rondeña, el fandango de Lucena y la jabera. No sé ni cómo le queda resuello para enfilar la seguiriya de Antonio Cagancho, cuál, la del Reniego, ésa, pero con otra letra. Tomás el Nitri, el rival enconado de Silverio, le sigue los pasos por los bordones de Carrión, mira su cara de felicidad, es que a Antonio le gusta el arte jondo. Contrasta con el rictus cadavérico de Montesinos, qué verdad es que la seguiriya evoca a los antiguos cantos de muertos. Abrase la tierra, que, para vivir como yo estoy viviendo, yo me quiero morir. Y después de la consagración, martinete de Triana y debla de Tomás, por si te quedaron ganas de rezar. Y ahora lo digieres y escribes de esto.

 

FICHA ARTÍSTICA:

Espectáculo: Cómo cantaría aquel Silverio

Ciclo: Conocer el flamenco, por la Fundación Blas Infante y la Fundación Cajasol

Lugar y fecha: Fundación Blas Infante, Sevilla. 2/5/2019

Al cante: Raúl Montesinos

A la guitarra: Antonio Carrión

Conferenciante: Luis Javier Vázquez Morilla

 

Conferencia de Luis Javier Vázquez sobre Silverio Franconetti. Fundación Blas Infante. Foto: Quico Pérez-Ventana (ExpoFlamenco)

Conferencia de Luis Javier Vázquez sobre Silverio Franconetti. Fundación Blas Infante. Foto: Quico Pérez-Ventana (ExpoFlamenco)

 

Recital de Raúl Montesinos y Antonio Carrión. Ciclo Conocer el Flamenco. Fundación Blas Infante. Foto: Quico Pérez-Ventana (ExpoFlamenco)

Recital de Raúl Montesinos y Antonio Carrión. Ciclo Conocer el Flamenco. Fundación Blas Infante. Foto: Quico Pérez-Ventana (ExpoFlamenco)

 

Recital de Raúl Montesinos y Antonio Carrión. Ciclo Conocer el Flamenco. Fundación Blas Infante. Foto: Quico Pérez-Ventana (ExpoFlamenco)

Recital de Raúl Montesinos y Antonio Carrión. Ciclo Conocer el Flamenco. Fundación Blas Infante. Foto: Quico Pérez-Ventana (ExpoFlamenco)

 


Filólogo madrileño. Media vida en Sevilla. Centinela de las palabras. Lo jondo le acelera peligrosamente el corazón.

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