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Construyendo una guitarra: barnizado, pulido y colocación de puente, golpeador y clavijeros

Seguimos disfrutando del proceso de construcción de una guitarra en el taller de Tato Rodríguez (Huelva). Con el instrumento prácticamente acabado iniciamos los pasos para rematar la faena, como diríamos en el argot taurino.


En la continuación de este maravilloso proceso llegamos a un momento clave y especial. Y con la alegría de ver un sueño cumplido. No es nada fácil hacer una guitarra, pero hacerte la tuya propia es una experiencia indescriptible. Gracias a Tato Rodríguez por la ayuda y la guía durante todo el proceso. Pero sobre todo por abrir las puertas de sus casa a mi persona.

 

Bueno, vamos a lo que vamos. Con la guitarra prácticamente acabada iniciamos los pasos para rematar la faena, como diríamos en el argot taurino. En este punto del proceso nos ayudaremos de lijas finas de diferentes granos, destornillador, pulimento y pulidora, vaporizador de agua, cola y prensillas especiales. Además de la utilización del barniz, los disolventes y la pistola de compresión para el trabajo en la cabina de barnizado.

 

Ya la madera de la guitarra está pulida por el trabajo realizado con las diferentes lijas, así que preparamos el barniz que vamos a utilizar. En este caso hemos escogido el barniz de nitrocelulosa. Los barnices que se aplican a las guitarras son tres: goma laca, nitrocelulosa y poliuretano. En el caso de la goma laca es el más tradicional y natural, se aplica manualmente con la famosa muñequilla y se acaba el barnizado en varias semanas. La goma laca deja una capa finísima de barniz, por lo que expande mejor el sonido aunque ofrece menor protección a la madera puesto que cualquier roce le puede provocar un arañazo. Por otro lado, el poliuretano se aplica a pistola, deja una capa de barniz más gruesa que proporciona mas protección y suele acabarse de barnizar en una semana aproximadamente. Este barniz es más económico. El barniz elegido está entre medio de ambos. El barniz nitrocelulósico deja una capa más protectora que la goma laca. Y aunque también es fina, su función protectora se aprecia mejor. Esto permite mayor transmisión sonora que el poliuretano. Su aplicación se realiza a pistola y, a su vez, posee un secado rápido.

 

 

«Y como culmen del proceso colocamos las cuerdas y… a disfrutar de un instrumento que se ha convertido en una joya a lo largo de la historia de la música y que es la base de la música flamenca»

 

 

 

 

Pues ya inmersos en este paso, preparamos la pistola, la ventilación de la cabina de barnizado y el barniz. Al barniz se le puede añadir un tinte para darle color a las maderas que componen el instrumento. En nuestro caso hemos escogido un tinte amarillo claro con idea de oscurecer algo el color natural de la madera. Este proceso se realiza varios días seguidos para que el barniz tape todo el poro de la madera. Se ejecuta de la siguiente manera. Una vez protegido el mástil se aplica el barniz a toda la guitarra, se deja secar y luego con lija muy fina se retiran las impurezas y sobrantes para volver a barnizar. Este proceso se repite tres o cuatro veces en función de la necesidad de barniz del instrumento.

 

Una vez aplicada la última capa de barniz empezamos con las diferentes lijas de grano superfino al agua. De manera que antes de pasar la lija se vaporizan gotas de agua por la superficie a lijar. Este paso tiene como fin ir sacando el brillo del barniz. Una vez terminado, pasamos a pulir la guitarra. En nuestro caso hemos utilizado junto al pulimento una pulidora de mano, a la vez que aplicamos el pulimento con la pulidora aprovechamos y limpiamos la zona pulida. Esto permite que apreciemos el resultado final de este delicado y minucioso proceso.

 

Al concluir el proceso de barnizado, preparamos el puente, la cola y las prensillas especiales. Vamos a pegar el puente. Para ello empezamos retirando la cinta protectora colocada en la tapa armónica. Esta protección se realiza debido a que que sobre el barniz la cola de contacto no ejerce bien su función. Bueno, pues con todo preparado aplicamos las colas en sendas superficies. Colocamos el puente en el lugar correspondiente, medido y fijado en procesos anteriores. Y por último, colocamos las prensillas a través de la boca de la guitarra para que presionen el puente sobre la tapa y se fije bien. En este proceso se deja secar al menos veinticuatro horas con las prensillas y un par de días más sin presión para que el puente se asiente bien.

 

De cara a culminar todo este proceso colocamos el golpeador, en nuestro caso transparente. Esta pieza es una pegatina de plástico que protege la tapa de los golpes. Su colocación es delicada, puesto que puede entrar algo de aire al colocarlo y no fijarse bien. Para ello podemos ayudarnos vaporizando unas gotas de agua. Colocamos la base del golpeador sobre la base del puente. Con la ayuda de un trapo, y lentamente, conforme quitamos la protección de la parte que se pega vamos presionando para que se quede colocada la otra parte sobre la guitarra.

 

 

«Andrés Segovia se quejó a la dirección de hotel por continuos golpes y el canto de unos gallos desde tempranas horas de la madrugada. Entonces el cantaor Manuel Torre llegó a la recepción y comentó: “Hagan el favor de echarle de comé a mis gallos de pelea que me traío de Jerez, que están metíos en el armario y han pasao la noche mu nerviosos”»

 

 

Seguidamente colocamos el clavijero en la cabeza de la guitarra. Se inserta en los orificios realizados previamente, es decir, cuando diseñamos la cabeza. Nuestro clavijero es mecánico, dorado y con la llave de ajuste en blanca. Y como culmen del proceso colocamos las cuerdas y… a disfrutar de un instrumento que se ha convertido en una joya a lo largo de la historia de la música y que es la base de la música flamenca.

 

Espero que esta serie haya sido de vuestro agrado. He puesto el alma en todo este proceso, pero eso lo detallaré en la última entrega.

 

Por cierto, se cuenta que durante el I Concurso de Cante Jondo de Granada invitaron tanto al gran guitarrista clásico Andrés Segovia como al cantaor Manuel Torre. Las dos figuras artísticas dormían en habitaciones contiguas. Andrés Segovia, con el ajetreo del primer día, se encontraba cansado. Además se acostó tarde y durante la noche apenas pudo dormir. A la mañana siguiente se quejó a la dirección de hotel por continuos golpes y el canto de unos gallos desde tempranas horas de la madrugada. Entonces el cantaor Manuel Torre llegó a la recepción y comentó: “Hagan el favor de echarle de comé a mis gallos de pelea que me traío de Jerez, que están metío en el armario. Y han pasao la noche mu nerviosos”.

 

 

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Construyendo una guitarra: barnizado, pulido y colocación de puente, golpeador, clavijeros… Taller de Tato Rodríguez, Huelva. Foto: Irra Torres

 

Construyendo una guitarra: barnizado, pulido y colocación de puente, golpeador, clavijeros… Taller de Tato Rodríguez, Huelva. Foto: Irra Torres

 

Construyendo una guitarra: barnizado, pulido y colocación de puente, golpeador, clavijeros… Taller de Tato Rodríguez, Huelva. Foto: Irra Torres

 


Huelva, 1977. Maestro y guitarrista apasionado del flamenco. Investigador y divulgador de nuestra cultura. El camino del compás le lleva a ser un docente con duende.

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