Es una de las hijas de Manuel de los Santos Pastor Agujetas de Jerez. Se nota a leguas que hereda ese singular carácter y manera de mirar, y esa libertad para decir lo que se piensa. Distancias aparte, lógicamente, Dolores de los Santos Bermúdez (Jerez, 1960) no se corta y reconoce que “quién no trabaja hoy por el dinero, por muy bohemio que sea”. Además, confirma lo que muchos piensan: “Todo el mundo y España sabe” que a Agujetas no se le ha dado el sitio que merecía. De su padre comenta que trabajaba en la fragua y le gustaban los galgos, y que era “el gitano más borrico del mundo entero, analfabeto”.

Dolores Agujetas es generosa con nosotros, porque no suele dar entrevistas. Está muy a gusto en su casa situada en una pedanía cercana a Jerez, “donde tengo una puerta para el infierno y otra para el cielo”, rodeada de naturaleza y de su familia, “a la que le gusta comer muy bien”, por eso canta. “En Japón hay más afición que aquí”, sentencia, y lo ha notado en plena pandemia con la emisión en streaming de actuaciones desde su patio, desde ese “Rincón de La Agujetas”. Actuará en la XXII Bienal de Sevilla.