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Eva Yerbabuena: «No te pueden arrebatar un don con el que has nacido»

La bailaora granadina presenta su obra 'Re-fracción (desde mis ojos)' en los Teatros del Canal, Madrid. En esta charla con Expoflamenco, y ante la interrogante de si hay demasiada contemporaneidad en lo jondo, nos recuerda que ni artistas ni públicos son homogéneos, ni únicos ni hablan al unísono.


Los días 27, 28 y 29 de enero, la bailaora Eva Yerbabuena (Fráncfort, 1970) presenta en Madrid su obra Re-fracción (desde mis ojos). Un proyecto que nace de su encuentro con Juan Kruz Díaz de Garaio Esnaola, en el que Eva se desvela sin artificio ni pose. Una mirada íntima y distinta a los paisajes emocionales, personales, íntimos al alma. Las entradas están a la venta en la web de los Teatros del Canal.

 

Eva Yerbabuena recibió recientemente el primer Giraldillo Internacional Ciudad de Sevilla, que le entregó el primero de los españoles. «Durante el cóctel, le agradecí a su majestad Felipe VI que acudiera al acto y le pedí una mayor presencia de la monarquía española en los teatros. Creo que el mejor apoyo que puede hacer esta institución al arte jondo y sus artistas es que la Familia Real vaya a ver más espectáculos de flamenco», dice.

 

 

– Presenta en los Teatros del Canal su obra Re-fracción (desde mis ojos). ¿Qué Eva Yerbabuena verán los madrileños?

– Con Re-fracción (desde mis ojos), hay en mí un antes y un después: como bailaora y como persona. Así que nos subiremos las dos al escenario: una nueva Eva Yerbabuena, sí, pero de la mano de la de siempre. Con nuestras esencias, nuestras formas de respetar el flamenco y la creación.

 

– Este espectáculo se presentó en última Bienal de Sevilla. ¿Quedó satisfecha con su puesta en escena y su repercusión?

– Después de un estreno nunca leo críticas. Pero sí que siento al público durante un espectáculo. Al público y a mi compañía, claro. Y lo que experimenté aquella noche de septiembre sobre las tablas del Teatro de la Maestranza, esa sensación de plenitud, esa catarsis… Es un sentimiento con el que aún me despierto muchas mañanas y que dibuja una sonrisa en mi cara.

 

– ¿Qué supone tener a un director artístico como Juan Kruz Díaz de Garaio Esnaola? ¿El choque de dos coreógrafos de semejante nivel es como un big bang flamenco?

– La verdad es que es una bonita metáfora cosmológica, porque el Big Bang es el principio del universo, el punto en el que se formó la materia, el espacio y el tiempo. ¿Entiende ahora que le diga que hay un antes y un después en mí después de ese espectáculo?

 

 

«Los procesos creativos los protagonizamos los artistas. Somos diferentes en nuestra forma de crear, de comunicarnos, de subirnos a un escenario… Afortunadamente, el público tampoco es homogéneo, ni único ni habla al unísono. Aquí no vale la metonimia: la parte no es el todo»

 

 

– El programa del montaje refleja que «no existe nada absoluto, ni siquiera la verdad». Explíquenos eso, bailaora.

– Desde siempre, en mi proceso de creación he utilizado el cuestionamiento como herramienta esclarecedora. Las preguntas son para mí una brújula, porque en la duda muchas veces está la respuesta. Y después de tantos años bailando y creando, una se da cuenta de que no siempre hay una única contestación, una única mirada, una única verdad… Y eso es Re-fracción.

 

– En alguna ocasión ha reconocido que el hecho de viajar tanto por el mundo y descubrir que no solo Andalucía es de arte le hace montar obras difíciles de digerir para los flamencos. ¿Es esto un defecto o una virtud?

– Yo siempre digo que el público se merece todo el respeto del mundo, pero que partiendo de ahí es el artista quien tiene que expresarse, darle rienda suelta a su forma de comunicar y a su capacidad transformadora. Si antes de concebir y desarrollar una propuesta escénica hubiera pensado en la ortodoxia, no habría hecho nada de lo que me ha traído hasta aquí.

 

 

Eva Yerbabuena y Juan Kruz Díaz de Garaio Esnaola. Imagen promocional de la obra ‘Re-fracción (desde mis ojos)’. Foto: erregiro22

 

 

– ¿Cómo se le quedó el cuerpo al recibir el primer Giraldillo Internacional Ciudad de Sevilla en reconocimiento a su «búsqueda constante de nuevos lenguajes y su permanente trabajo en la formación y la transmisión de la danza flamenca»?

– Ese galardón me hizo especialmente ilusión. Sentí un profundo orgullo al recibirlo y, sobre todo, mucho honor y responsabilidad, porque lo recogí como artista flamenca. Un arte que es seña de identidad y que representa el trabajo que muchos compañeros llevan a cabo a diario con esfuerzo, mucha dedicación y que no siempre son reconocidos como se merecen. Por eso, durante el cóctel, le agradecí a su majestad Felipe VI que acudiera al acto y le pedí una mayor presencia de la monarquía española en los teatros. Creo que el mejor apoyo que puede hacer esta institución al arte jondo y sus artistas es que la Familia Real vaya a ver más espectáculos de flamenco.

 

 

«Si antes de concebir y desarrollar una propuesta escénica hubiera pensado en la ortodoxia, no habría hecho nada de lo que me ha traído hasta aquí»

 

 

– ¿Qué le diría a esos aficionados a lo jondo que se quejan de que haya tanta danza contemporánea en la programación de las grandes citas flamencas del calendario?

– Artista se hace y también se nace. La técnica es muy importante, sí. Pero no te pueden arrebatar un don con el que has nacido. Quiero decir con esto que los procesos creativos los protagonizamos los artistas y que somos diferentes: en nuestra forma de crear, de comunicarnos, de subirnos a un escenario… Afortunadamente, el público tampoco es homogéneo, ni único ni habla al unísono. Aquí no vale la metonimia: la parte no es el todo.

 

– Hace justo 21 años le concedió una entrevista a nuestro director Manuel Bohórquez para El Correo de Andalucía en la que reconocía que en caso de no haber sido bailaora le habría gustado ser ama de casa. Ese fue el titular, de hecho. ¿Llevar un hogar es también una disciplina artística, además de un ejercicio de riesgo?

– Hay que tener mucho arte para llevar p’alante una casa… Y mucha dedicación, tiempo, inteligencia, capacidad de gestión, valentía, amor, cuidados y mucha, muchísima energía. Es el trabajo más extenuante al que me he enfrentado. Es tremendamente necesario y, sin embargo, no está reconocido: ni social ni económicamente.

 

– Cuando la vemos bailar sentimos que su nivel técnico es excelso. Que cada uno de sus movimientos reinventa la danza flamenca. ¿Ha llegado ya al lugar soñado?

– Creo que el propio hecho de transitar tiene una belleza inconmensurable. El camino se convierte así en el propio destino. Y en esas me hallo.

 

 

 

 


Sevilla, 1969. Periodista andaluz de intereses etéreos y estrofas cabales. Tres décadas de oficio en prensa musical y cultural. Con arrimo y sin arrimo, para seres de cualesquier afecto.

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