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Lara Wong: «Cuando descubrí a Jorge Pardo encontré mi rincón en el mundo flamenco»

La flautista canadiense, ganadora del trofeo Filón en el Festival del Cante de las Minas 2021, lanzará pronto su primer álbum, 'La rosa de los vientos'. Reconoce que ha tenido que aprender a distinguir a los que le hablaban de trabajo en serio de los que se querían aprovechar.

Lara Wong

Canadiense de ascendencia china y japonesa, residente en Madrid, ha sido capaz de plantarse en la final del prestigioso concurso del LX Festival internacional del Cante de las Minas y hacerse con el Filón, que premia al mejor instrumentista del certamen. Lara Wong (Vancouver, 1990) se ha especializado en la flauta flamenca, que combina con el exótico bansuri indio. Una propuesta seductora que este otoño se reflejará en su primer álbum, La rosa de los vientos. «Para todos los extranjeros, que yo gane el Filón en La Unión ha sido un hecho importante, porque muchos de nosotros creemos que estamos limitados en el flamenco por ser de afuera. Momentos como estos nos enseñan que las cosas sí están cambiando», dice.

 

– Preséntese a la afición flamenca. Canadiense de ascendencia china y japonesa, pero flamenca flamenca. ¿Cómo llegó el arte jondo a su vida?
– El flamenco llegó a mi vida a los diez años, cuando mi profesor de piano me puso la Danza nº 5 de Enrique Granados. Me enamoré de la pieza y le dije que quería tocar más música así. Me explicó que la pieza tenía raíces en el flamenco y fui a buscar flamenco en mi ciudad, Vancouver. Tomé clases de baile durante cuatro años, pero con mi falta de coordinación me di cuenta de que no iba a llegar a ningún sitio. Ya tocaba la flauta desde los nueve años y, afortunadamente, a los 19 años descubrí a Jorge Pardo. En este momento encontré mi rincón en el mundo flamenco.

– ¿Esperaba un reconocimiento como este del Festival de las Minas?
– Siempre soñé con este momento, pero nunca imaginaba que ganaría el primer premio el primer año que me presentara.

– ¿Qué supone en la práctica ganar un Filón Minero?
– Es una manera de reafirmarme tras tantos años de trabajo y dedicación al arte flamenco. Y es un gran estímulo para seguir creando y trabajando en mi proyecto. Siempre hay que seguir soñando y poniendo lo mejor de ti, porque con el tiempo siempre llegarás al destino. Además, para todos los extranjeros ha sido un momento importante, porque muchos de nosotros creemos que estamos limitados en el flamenco por ser de afuera, y momentos como estos nos enseñan que las cosas sí están cambiando.

 

«Ser extranjera, ser flautista y ser mujer han hecho que fuera más difícil ser aceptada en el mundo flamenco. El flamenco tiene mucho patriotismo incluso dentro del mismo país»

 

– Sobre el escenario la vimos bien acompañada. Tino di Geraldo en la percusión, entre otros. Eso sí es contar con buenos padrinos.
– Una de las cosas mas maravillosas que me han pasado en mi camino musical es tener la oportunidad de tocar con Tino. Toco en un trío que se llama A Kali Canto con Tino y el guitarrista Melón Jiménez. Las cosas que he aprendido de ellos no se pueden aprender en ningún sitio. Me siento muy afortunada de que me acompañaran Tino, Melón y Sergio Martínez, unos músicos increíbles.

– Háblenos de ese proyecto discográfico y ese coqueteo con la instrumentación india. ¿Cómo sacarle el duende al bansuri?
– En septiembre saldrá mi primer disco. Se titula Rosa de los Vientos porque cada tema esta dedicado a un lugar donde viví. Antes fui bastante nómada. La mayoría de los temas son composiciones propias y hay dos temas con la flauta india, el bansuri. Yo creo que el bansuri va muy bien con el flamenco, especialmente para cantar letras. Las técnicas del bansuri fueron desarrolladas para imitar el canto de la música india, y algunas de esas técnicas vocales indias son muy parecidas a las que se usan en el flamenco. Tiene sentido, porque el flamenco tiene raíces de la India. Entonces he descubierto que usando una mezcla de técnicas del bansuri y técnicas de la flauta flamenca, el bansuri puede sonar muy flamenco.

 

 

«La música clásica exige la pureza del sonido y una limpieza perfecta. En el flamenco hay que meter más aire en el sonido para que la flauta suene más salvaje y ronca, y no tan delicada y fina»

 

– ¿Es muy diferente, en términos de técnica y ejecución, la flauta flamenca a la clásica o jazzística?
– La flauta flamenca es muy diferente a la clásica. La música clásica en general exige la pureza del sonido y una limpieza perfecta. Eso al flamenco no le pega nada. En el flamenco hay que meter más aire en el sonido para que la flauta suene más salvaje y ronca, y no tan delicada y fina. Luego la forma de tocarla es mucho más percusiva. Se usa mucha más fuerza de la lengua y aire para acentuar el ritmo, mientras en la música clásica la flauta no suele hacer cosas rítmicas. El jazz, por su parte, es un estilo de música libre en el sentido de sonido y técnica, así que no existe solo un sonido de flauta jazzística.

– ¿Quiénes son sus referentes en la flauta flamenca? Se lo he puesto fácil.
– Jorge Pardo es mi referente numero uno de la flauta flamenca. Luego, para cosas de baile, siempre escuchaba a Juan Parrilla y a Eloy Heredia, dos maestros de la flauta que tocan en muchas compañías de baile. Pero como la flauta es una nueva adición al flamenco, creo que lo mejor es volver a la raíz y aprender del cante y la guitarra.

– Leemos que vive en Madrid. Que su pareja también es instrumentista flamenco. Definitivamente, su idilio con la cultura española va en serio.
–Sí. Mi novio, y el guitarrista de mis proyectos, es Melón Jiménez. Aunque él es guitarrista flamenco, a él también le encanta tocar todo tipo de géneros musicales, igual que yo. Así que vivimos una vida flamenca, pero a nuestro estilo.

 

«Como extranjera siempre he sentido que he tenido que hacer las cosas mejor que bien, porque hay gente a la que le cuesta escuchar sin prejuicios. Y como mujer, tuve que aprender a distinguir a la gente que me hablaba de trabajo en serio y a los que se querían aprovechar»

 

– ¿Ha sentido alguna dificultad en su caminar artístico en el flamenco por ser extranjera? ¿Por ser flautista? ¿Por ser mujer?
– Sí, las tres cosas han hecho que fuera más difícil ser aceptada en el mundo flamenco. El flamenco tiene mucho patriotismo incluso dentro del mismo país. Hay mucha gente que cree que tienes que tener el flamenco en la sangre para tocarlo bien. Así que como extranjera siempre he sentido que he tenido que hacer las cosas mejor que bien, porque hay gente a la que le cuesta escuchar sin prejuicios. Y como mujer, tuve que aprender a distinguir a la gente que me hablaba de trabajo en serio y a los que se querían aprovechar.

– ¿Su visión sobre el arte flamenco en Norteamérica?
– En Canadá hay mucho flamenco y desde hace muchos años. Hay festivales internacionales de flamenco, escuelas de baile, e incluso algunos tablaos. Pero igual que en todos los países extranjeros, el foco del flamenco está en el baile. Es una pena, porque el mundo musical del flamenco está muy desarrollado. Las nuevas fusiones entre músicas hacen que sea más accesible al oído y así más personas se pueden interesar por el flamenco. Otra cosa que veo pasar en algunas comunidades flamencas en Canadá es la falta de creatividad en el arte. Esto puede ser por el respeto que tienen hacia el flamenco. Pero creo que como artistas siempre deberíamos aportar algo nuestro a lo que hacemos, siempre que tenga coherencia, conocimiento y corazón.

 


Sevilla, 1969. Periodista andaluz de intereses etéreos y estrofas cabales. Tres décadas de oficio en prensa musical y cultural. Con arrimo y sin arrimo, para seres de cualesquier afecto.

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