La primera de las rutas organizadas por Espacio Expoflamenco no pudo comenzar con mejor pie, gracias a la participación de más de una veintena de amigos. Con un ambiente muy cordial, recorrimos todos los puntos de interés que entendemos jalonan el enduendado barrio de San Miguel. Un itinerario cargado de historia que finalizó en nuestra sede para disfrutar de los vinos de la tierra, como parte de la actividad enológica.

 

El hecho de ubicar la doble actividad en pleno sábado de las Fiestas de la Vendimia de Jerez, con un sinfín de actividades por toda la ciudad, nos hizo dudar del rango participativo. Finalmente, conseguimos un extraordinario grupo con ganas de ver, escuchar y dejarse seducir por un barrio tan gitano como marinero.

 

El punto de partida se estableció en la Plaza del Arenal para subir a la majestuosa Iglesia de San Miguel y su gótico tardío. No puede darse una mejor bienvenida a la ruta. Pronto aparecieron nombres y localizaciones: Isabelita de Jerez, Don Antonio Chacón, Lola Flores, el Cerro Fuerte de la Paquera, el aroma aún a salitre en las antiguas playas de San Telmo junto a la Ermita del Cristo, la Plazuela propiamente dicha por donde reina La Yedra, el entramado de las calles Acebuche de Agujetas y Moneos; la de Álamos con Manuel Torre y Madre de Dios con La Chati. Cada punto, una pequeña alegoría para llegar a nuestra sede de la calle Diego Fernández Herrera, como punto y seguido del encuentro.

 

 

«La Ruta Flamenca y Enológica cosechó un gran ambiente, con muchas ganas de disfrutar de los cantes que se beben y los vinos que se escuchan… Ya con ganas de repetir esta más que agradable experiencia entre éteres del vino y rumores del cante grande»

 

 

 

 

Allí, desarrollamos un esbozo de la sesión Cultura Flamenca & Sherry que tuvo como protagonista el mágico trasiego del fino al oloroso, pasando por el amontillado. A la sazón, y en clave flamenca, de la bulería a la soleá con parada obligada en la bulería para escuchar. Para ello, degustamos tres vinos de las vecinas bodegas Dios Baco y unos vídeos que nos permitieron rendir homenaje a algunos grandes intérpretes de La Plazuela jerezana desde el recuerdo.

 

Lo dicho, un gran ambiente con muchas ganas de aprender entre todos y disfrutar de los cantes que se beben y los vinos que se escuchan… Gracias a todos los participantes por su interés y atención. Ya con ganas de repetir esta más que agradable experiencia entre éteres del vino y rumores del cante grande. Y durante todo el recorrido ese aire salino que emerge de la memoria y aún perdura por las viejas calles empedradas de Jerez.