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Niño Miguel, un alma desafinada

En los años setenta muchos entendidos de entonces decían que Miguel Vega de la Cruz, Niño Miguel (Huelva, 1952 - 2013), borraría a Paco de Lucía del mapa. El mismo Paco declaró que el onubense era uno de los mejores guitarristas flamencos de la historia.


En este mes de febrero del año 2024, el mundo flamenco vuelve a sentir el dolor de aquel día 25 hace diez años cuando ocurrió lo impensable: las manos del prodigio llamado Paco de Lucía, del que se llegó a decir que era el mejor guitarrista de todos los tiempos y géneros, se quedaron sin vida.

 

En los años setenta muchos entendidos de entonces decían que Miguel Vega de la Cruz, Niño Miguel (Huelva, 1952 – 2013), borraría a Paco de Lucía del mapa. El mismo Paco declaró que el onubense era uno de los mejores guitarristas flamencos de la historia. Comprendo que Paco hubiera visto bien que recordáramos también al Niño Miguel en este momento.

 

Escucho Miguel’s bellísimo Vals flamenco, Brisas de Huelva, e inmediatamente me siento transportada. Superficial me resulta mucho de la guitarra flamenca actual, imitadores de Paco. Los picados de infarto, los acordes extendidos, la limpieza de ejecución, la sensacional creatividad de Paco, sí, todo eso y mucho más, pero el Niño Miguel habitaba otro paisaje musical, otra galaxia. Paco… disciplinado, controlado, trabajador. El Niño Miguel… anárquico, bohemio, melancólico.

 

Corrían tiempos flamencos de cambio. En sólo dos años, de 1973 a 1975, salieron tres composiciones rompedoras de tres genios de la guitarra: Entre dos aguas de Paco de Lucía, Caballo Negro de Manolo Sanlúcar y Vals Flamenco del Niño Miguel marcaron la historia del género, y establecieron la viabilidad del flamenco instrumental que hoy en día tiene tanta importancia. Niño Miguel, el más joven de los tres, consolidó una fama que, debido a diversos problemas, no fue capaz de desarrollar. Pasaría décadas perdido –ni buscado ni encontrado, sino olvidado– deambulando por las calles de su ciudad. 

 

 

«El Niño Miguel habitaba otro paisaje musical, otra galaxia. Paco, disciplinado, controlado, trabajador. El Niño Miguel, anárquico, bohemio, melancólico»

 

 

Azulejo en Peña flamenca de la Orden, dedicado al Niño Miguel.

Azulejo en Peña flamenca de la Orden, dedicado al Niño Miguel.

 

 

 

De familia almeriense, hijo de Miguel el Tomate y tío de Tomatito, Premio de Honor en el Concurso Nacional de Guitarra Flamenca de la venerable peña Los Cernícalos de Jerez, el Niño Miguel grabó dos discos con el apoyo de Paco de Lucía. En 2005, Juan Carlos Romero, el gran guitarrista y amigo de Miguel, lo rescató para dar un sorprendente recital en la Sala Joaquín Turina de Sevilla al que tuve la suerte de asistir y reseñar. La carga emotiva era fuerte. Su aspecto desmejorado, más allá de los treinta años que habían pasado desde su destello de fama, provocó un grito ahogado de asombro entre los de cierta edad que lo recordamos con cara de adolescente. En solitario, sin cajón ni palmeros ni yembé. Tomó asiento, pidió disculpas murmurando algo de estar “malito” y arrancó con sonidos bellos y misteriosos, un ataque absolutamente dinámico, debiendo mucho a Paco de Lucía, no cabe la menor duda, con detalles de Sabicas a través de aquél, pero con personalidad propia y bastante música original sorprendentemente fresca para nuestros oídos. Se le notaba amigo íntimo de su instrumento. Afinaba en pleno vuelo como el profesional más experimentado, y modulaba entre escalas con perfecta soltura. Cabía esperar peor técnica, y por descontado no tocó a la altura actual, ni muchísimo menos, pero tampoco fue nada desdeñable teniendo en cuenta la dificultad del material. Aceptó, casi avergonzado, el primer aplauso efusivo.

 

Al día siguiente me llamaron de la radio de Huelva: “Hemos visto su reseña… ¿pero de verdad toca tan bien este hombre?”, preguntó el locutor, apenas aguantando la risa. “Aquí estamos acostumbrados, siempre va por la calle descalzo, cada ciudad tiene su loco, ¿no es así? ¿Pero de verdad toca bien?”. Contesté que sí, y que era necesario cuidar de él, sacarlo de la calle, darle una guitarra medio decente… Me consta que había varios intentos bien intencionados de proporcionarle mejores condiciones de vida, atención médica y también una guitarra… La misma que perdió, o se la quitaron en la calle.

 

En el año 2007, cómo lloramos todos aquella tarde en el Teatro Central de Sevilla cuando Romero dedicó un tema al Niño Miguel, y los músicos tocaron descalzos en gesto de solidaridad con aquel ser perdido.

 

 

 


Jerezana de adopción. Cantaora, guitarrista, bailaora y escritora. Flamenca por los cuatro costados. Sus artículos han sido publicados en numerosas revistas especializadas y es conferenciante bilingüe en Europa, Estados Unidos y Canadá.

3 COMMENTS
  • Charo Monge Romero 19 febrero, 2024

    Buenas tardes

  • Guillermo Rios 19 febrero, 2024

    El Niño Miguel era único. Si la influencia del Paco de Lucia se notaba , pero era el, era su voz , su alma llorando.

  • Guillermo Rios 19 febrero, 2024

    El Niño Miguel era único . Si se notaba la influencia de Paco de Lucia , pero el tocaba con su voz, su propio alma 🙏🏽❤️

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