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Flamenco académico

El flamenco es una música que parece expresamente hecha para que no la entienda alguien que ha estudiado en un conservatorio. Anda que no es verdad. Incluso podríamos afirmar sin miedo a equivocarnos que el flamenco es música en cierto modo antiacadémica.


Llevo muchos años, en mis conferencias, pronunciando una frase que suele despertar risa y hasta carcajadas, pero, ya que como decimos en Cádiz, “el humor es una cosa muy seria”, la digo continuamente porque, en mi opinión, expresa algo de lo que estoy totalmente convencido: “El flamenco es una música que parece expresamente hecha para que no la entienda alguien que ha estudiado en un conservatorio”. Anda que no es verdad. Incluso podríamos afirmar sin miedo a equivocarnos que el flamenco es música en cierto modo antiacadémica, y con ello no quiero decir que no se pueda estudiar en un conservatorio, muchos de los mejores flamencos jóvenes en la actualidad han pasado por las aulas de los centros superiores de Córdoba, Sevilla, Murcia, etc., sino que los parámetros melódicos, rítmicos y armónicos por los que se rige la gramática musical del flamenco se basan principalmente en hacerle trampa a los principios más básicos de la música occidental, no es fácil de interiorizar. Al intentar aprender a tocar, cantar o bailar flamenco siempre te topas con acentos imposibles, cambios de acordes en la guitarra donde menos te lo esperas, ornamentación difícil de encontrar en una música de tradición oral europea, elementos inaccesibles para un músico de formación académica, e incluso para aquellos educados en otros estilos de música popular. En cierto modo el flamenco es una música críptica.

 

También suelo insistir en esta cuestión diciendo que cómo es posible que, habiendo estudiado, como se hacía en mi época, cinco años de solfeo, cuatro de armonía, dos de contrapunto y dos de fuga, un músico de formación “clásica” no sepa marcar por soleá o por seguiriya, y que esos patrones rítmicos sean tan difíciles de aprehender para alguien con una formación en teoría, y práctica, tan sólida y fundamentada.

 

La melodía flamenca es bien sabido que no cabe en un pentagrama, debido a los cuartos de tono que abundan en sus intervalos más básicos, las notas añadidas a los acordes que se pisan con la mano izquierda (los diestros, claro) coloreando adecuadamente la riqueza armónica de la que goza la sonanta, la rítmica endiablada que domina generalmente el discurso musical de los flamencos, que hasta parece que van por libre aunque sigan bien atados al compás sobre el que se expresan.

 

 

«La música flamenca, al ser estudiada en centros de música académica, corre el riesgo de perder la frescura. (…) La inocencia del arte puro, nacido de las entrañas, hecho con el corazón, no tanto con la cabeza. Un valor imprescindible es la naturalidad, la ausencia de encorsetamiento, la falta absoluta de ataduras, la salud y la libertad jondas»

 

 

Hace mucho que me convencí de que los flamencos juegan al despiste, musicalmente hablando. Cuando crees que van por ahí, ¡zas! Se van por allí, algo que se hace muy evidente en los llamados cierres. El hecho de cerrar en el diez (hoy sustituido por el ocho y medio y otros) tiene que ver con ese carácter juguetón del ritmo que practican los flamencos y trae de cabeza al neófito. Por su parte, nada más lejos de lo estrictamente académico que la libertad que ejercen los cantaores al acometer un determinado cante, incluso cuando es interpretado por un mismo cantaor quien nunca dice un cante de la misma forma, no digamos entonces ya las diferentes versiones de una misma variante. Al cantar por ejemplo Pastora, Tomás, Torres, Marchena, Mairena o Morente el primer estilo atribuido a la Serneta, aún tratándose de la misma variante, no solo le caben múltiples letras sino que la melodía original se ve convenientemente modificada y adaptada al melos particular de cada intérprete por aquello de “hay que hacerle cositas al cante”. Parámetro este que podemos considerar poco académico en aras de la libertad que impera en la práctica del arte flamenco. Mientras en la música académica las diferentes versiones de una obra son bien reconocibles y en muchos casos no se aprecian aparentes diferencias entre ellas en una “primera escucha”, en el flamenco la versión de una malagueña, por ejemplo, de Chacón, puede resultar tan distinta respecto de otra que, en muchos casos, crees escuchar cantes distintos. Todo sea en aras de la “libertad de expresión jonda”, un arte, el flamenco, donde las ataduras son mínimas aunque se sigan los estrictos parámetros a la hora de interpretar la música y su baile.

 

El peligro comienza, y de eso se quejan muchos aficionados y profesionales también, cuando la música flamenca, al ser estudiada en centros de música académica, corre el riesgo de perder la frescura. Una de las premisas imprescindibles de la expresión de los flamencos es la espontaneidad, aquel “lo que me sale de pronto” que decía Manolo Caracol en la entrevista que le hace Velázquez-Gaztelu en Rito y geografía del cante. Si falta ingenuidad se pierde un tesoro, la inocencia del arte puro, nacido de las entrañas, hecho con el corazón, no tanto con la cabeza. Aunque suene a tópico es así. Un valor imprescindible, también debe serlo en la música clásica o académica, es la naturalidad, la ausencia de encorsetamiento, la falta absoluta de ataduras, la salud y la libertad jondas.

 

No deseo malas interpretaciones, lo que pretendo transmitir se puede explicar con un ejemplo que todos pueden entender. Me lo comentó mi amigo y compañero el genial maestro Manolo Franco, cuando se quejaba con toda razón de que le llegaban a las clases del Superior de Córdoba alumnos que pueden tocar La Barrosa, las maravillosas alegrías de Paco de Lucía, y resulta que después en las clases de acompañamiento al cante no saben acompañar por alegrías. Y ahí es cuando saltan las alarmas y exclamamos con toda razón: “jiuston, tenemos un poblema”.

 

Un flamenco aséptico, aseado, de punta en blanco, no digo que sea malo, como tampoco es bueno un flamenco zarrapastroso, aunque haya quien lo aprecia y cultiva, pero la sencillez, la ingenuidad si quieren, cierto salvajismo, el carácter instintivo que debe predominar frente a lo reflexivo, a lo forzado, creo yo que debe imperar, y cuando se ausente la inocencia habremos perdido uno de los más preciados valores de la expresión artística del flamenco. Tampoco se trata de liberar los instintos y lanzarse a un flamenco asilvestrado y bárbaro, no, pero ojalá no perdamos la frescura, el carácter bravío y agreste de las gentes del pueblo llano. Es la propia sociedad la que se empeña en domesticarnos y, aunque el flamenco es una música sofisticada, eso no debe estar de ningún modo reñido con mostrarse sencillo y auténtico, verdadero, sin flecos ni concesiones de cara a la galería. Tal y como decía la maestra Pilar López y siempre fue la máxima de su discípulo Antonio Gades, “antes la ética que la estética”

 

 

→  Ver aquí las entregas anteriores de la sección A Cuerda Pelá de Faustino Núñez en Expoflamenco

 

 


Musicólogo de Vigo (Galicia). Investigador y profesor. Amante de la música. Enamorado del flamenco. Y apasionado de La Viña gaditana.

1 COMMENT
  • Carlos A Ordoñez 3 noviembre, 2023

    ꧁Ŧɭค๓єภς๏ คςค๔é๓เς๏꧂
    La música académica, también conocida como música clásica, es una corriente musical que se basa principalmente en las tradiciones de la música litúrgica y secular de Occidente. Su enfoque principal está en Europa Occidental y se caracteriza por su rigurosa notación escrita y su interpretación precisa. Aunque abarca un período amplio, generalmente se refiere a la música anterior al siglo XX. A pesar de las diferencias estilísticas, la música clásica del siglo XX también es considerada parte de este proceso evolutivo. En términos históricos, la música clásica se ha dividido en varios periodos:
    𝗠𝘂́𝘀𝗶𝗰𝗮 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗘𝗱𝗮𝗱 𝗠𝗲𝗱𝗶𝗮
    1. Música medieval (1000-1400): durante la Baja Edad Media.
    2. Música renacentista (1400-1600).
    3. Música barroca (1600-1750).
    𝗠𝘂́𝘀𝗶𝗰𝗮 𝗱𝗲𝗹 𝗖𝗹𝗮𝘀𝗶𝗰𝗶𝘀𝗺𝗼
    Clasicismo (1750-1820), a veces llamado “música clásica”.
    𝗠𝘂́𝘀𝗶𝗰𝗮 𝗱𝗲𝗹 𝗥𝗼𝗺𝗮𝗻𝘁𝗶𝗰𝗶𝘀𝗺𝗼
    Romanticismo (1820-1900).
    𝗠𝘂́𝘀𝗶𝗰𝗮 𝗰𝗹𝗮́𝘀𝗶𝗰𝗮 𝗰𝗼𝗻𝘁𝗲𝗺𝗽𝗼𝗿𝗮́𝗻𝗲𝗮
    Música contemporánea del siglo XX, que incluye corrientes atonales y otras tendencias.
    En resumen, la música académica se caracteriza por su lenguaje musical elaborado, desarrollo temático y estructuras contrapuntísticas, y es considerada parte de la “tradición culta” debido a su contexto histórico y profesionalización.
    (⌐■_■)
    𝘿𝙞𝙛𝙚𝙧𝙚𝙣𝙘𝙞𝙖 𝙚𝙣𝙩𝙧𝙚 𝙩𝙞𝙥𝙤𝙨 𝙙𝙚 𝙈𝙪́𝙨𝙞𝙘𝙖.
    La música académica, folclórica y tradicional son tres categorías distintas de expresión musical, cada una con sus propias características y contextos. Permíteme explicarte las diferencias:
    👉Música Académica (Clásica), como antes dije:
    También conocida como música clásica, se basa en las tradiciones de la música litúrgica y secular de Occidente.
    Características:
    Rigurosa notación escrita.
    Interpretación precisa.
    Enfoque en Europa Occidental.
    Periodo principalmente anterior al siglo XX.
    Ejemplos: obras de Bach, Mozart, Beethoven, etc.
    👉Música Folclórica:
    Se origina en comunidades específicas y se transmite oralmente de generación en generación.
    Características:
    Refleja la cultura, historia y tradiciones locales.
    Instrumentos sencillos y voces no entrenadas.
    A menudo asociada con festivales, danzas y celebraciones.
    Ejemplos: canciones populares regionales, bailes tradicionales.
    👉Música Tradicional:
    Similar a la música folclórica, pero puede incluir elementos urbanos o rurales.
    Características:
    Raíces profundas en una comunidad o grupo étnico.
    Puede ser folclórica o más amplia en alcance.
    Transmitida oralmente o a través de partituras simples.
    Ejemplos: canciones de cuna, himnos religiosos, melodías populares.
    En resumen, la música académica es parte de la “tradición culta”, mientras que la folclórica y tradicional están arraigadas en las comunidades locales y sus historias. Cada una tiene su propio valor y belleza única.
    ༺𝔽𝕝𝕒𝕞𝕖𝕟𝕔𝕠 𝔸𝕔𝕒𝕕é𝕞𝕚𝕔𝕠༻
    Es el la 👉Música y el Baile👈 de la Cultura “𝔽𝕝𝕒𝕞𝕖𝕟𝕔𝕠” explicada en la pauta y axiomas cifradas por Carlos A Ordoñez. El Flamenco danzario y musical se aprenden por 🅸🅼🅸🆃🅰🅲🅸🅾🅽, de hecho, la regla del Flamenco Puro es “hacerlo igual que los antiguos precursores”, no se permite la innovación, mucho menos la frescura contemporánea.
    Los españoles y resto de su discipulado tienen 2 grandes problemas:
    1. Tienen el concepto de Académico únicamente asociado a lo Clásico.
    2. No tienen idea de cómo Academizar o explicar el Flamenco Tradicional y Legítimo, con las reglas musicales clásicas. De ahí su preocupación porque cada vez que se intenta, se termina ensuciando la naturalidad del Flamenco Musical y Danzario Tradicional.
    Hasta la fecha, Carlos A Ordoñez es la única persona, al parecer e nivel mundial, que a cifrado y axiomatizado el Flamenco Legítimo en las reglas musicales clásicas. No es de extrañar que juegue con él creando su propio mundo del 🅽🅴🅾🅵🅻🅰🅼🅴🅼🅲🅾 y muchísimo más en su música nativa Cubana.
    ¿𝔼𝕩𝕚𝕤𝕥𝕖 𝕖𝕝 𝔽𝕝𝕒𝕞𝕖𝕟𝕔𝕠 𝔸𝕔𝕒𝕕é𝕞𝕚𝕔𝕠?
    ¿Cómo lo aprendió Carlos el cienfueguero si poder imitar a nadie? Necesariamente tiene que ser a través de la cifra músical, sencillamente, él descubrió y crifró este Arte que en 2 siglos, no ha terminado de evolucionar.

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