El trabajo bien hecho, tarde o temprano, obtiene su recompensa. Es el caso de la Cátedra de Flamencología Agustín Gómez de la Universidad de Córdoba, que en los últimos días ha recibido dos sustanciales y meritorios reconocimientos: el del Festival Internacional de Cante de las Minas y el del Festival de Cante Grande Fosforito de Puente Genil (Córdoba). Es de este último del que quiero hablaros, puesto que ayer jueves se celebró en dicha localidad de la campiña cordobesa el acto de la presentación del cartel de su quincuagésima séptima edición, a celebrar el 14 de agosto. Un bonito cartel realizado por el diseñador pontanés Mario Quero que recoge, con acierto y elegantes motivos cordobeses, en primera plana la imagen del primer director de la Cátedra, el siempre recordado flamencólogo montillano Agustín Gómez.

 

Este merecidísimo reconocimiento se debe a la decisión del nuevo equipo de gobierno del Ayuntamiento de Puente Genil, cuyo alcalde, el popular Sergio Velasco, en su intervención destacó «la labor encomiable de la Cátedra de Flamencología de la Universidad de Córdoba en el ámbito didáctico del flamenco». No olvidemos que la Cátedra, fundada en 1997, es la institución más prestigiosa del mundo en la divulgación y enseñanza del flamenco desde una dimensión teórica, con una programación anual que, en los últimos cuatro años, ha dado un salto cualitativo en todos los aspectos gracias al extraordinario trabajo de su flamante director, David Pino Illanes, cantaor pontanés y catedrático de Cante Flamenco en el Conservatorio Superior de Córdoba. En mi opinión, nadie mejor que David para estar al frente de tan venerable institución, puesto que a sus incuestionables y más que reconocidas cualidades profesionales y flamencas hay que añadirle el enorme lazo afectivo con dicha institución. Como él mismo suele afirmar con frecuencia, «me crie en la misma». Estamos, por lo tanto, ante un tipo que conoce bien el paño, que sabe desenvolverse como nadie, y con absoluta honestidad y decencia, entre los complejos entresijos que constituyen la Cátedra, y que en palabras de Manuel Torralbo, rector magnífico de la Universidad de Córdoba, ayer presente, «la estará dirigiendo hasta cuando él quiera».

 

 

«El trabajo bien hecho obtiene su recompensa. Es el caso de la Cátedra de Flamencología Agustín Gómez de la Universidad de Córdoba, que ha recibido dos meritorios reconocimientos: el del Festival Internacional de Cante de las Minas y el del Festival de Cante Grande Fosforito de Puente Genil»

 

 

 

 

Al emotivo acto, dirigido por el pontanés Juan Ortega Chacón, asistieron también el vicerrector de Formación Continua, Empleabilidad y Emprendimiento de la UCO, Antonio Arenas, el diputado de Cultura de la Diputación de Córdoba, Gabriel Duque, miembros de la Corporación Municipal y numerosísimos aficionados al cante.

 

El encargado de loar y desglosar las bondades de la Cátedra fue el prestigioso musicólogo vigués Faustino Núñez, que, con su natural gracejo gallego, pero en un tono más serio de lo habitual por la solemnidad del acto, propuso un completo y acertadísimo recorrido histórico, terminando su alocución con una justísima petición que ojalá pronto se haga realidad: el nombramiento de Don Antonio Fernández Díaz Fosforito como honoris causa de la Universidad de Córdoba. Guante, por cierto, recogido con agrado por el rector. 

 

En definitiva, con acontecimientos como el de ayer, sin duda alguna, se dignifica el flamenco, un complejo arte muy habituado, por desgracia, a miserias tan mundanas como la envidia, el oportunismo, la indecencia, el compadreo o la incompetencia. 

 

Imagen superior: Universidad de Córdoba