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Cantaoras y cantantes

¿Saben lo que decía la Niña de los Peines cuando hablaban los entendidos del cante jondo, gitano o flamenco y de coplas o canciones, en su presencia? “Me vais a volver loca”. Pues eso. Un poco de cordura, por favor.


En los últimos años, o últimas décadas, se ha producido una revolución en el cante con una gran cantidad de nuevas cantaoras, aunque, una vez más, insisto en que tenemos que diferenciar entre lo que es una cantaora y una cantante aflamencada. Vamos a situarnos, para que no haya confusiones. Una cantaora es Paqui Ríos y una cantante aflamencada es Rocío Márquez. Los partidarios de la onubense suelen decir que el cante evoluciona, para justificar por qué la siguen y compran, supongo, sus discos. Muchos criticaron la Ópera Flamenca y defienden ahora estas cosas, cuando hay una enorme diferencia entre lo que hace la Márquez y lo que hicieron la Niña de los Peines, la Requejo o la Niña de la Puebla. Nadie le afea a ninguna cantaora que quiera ser cantante, como nadie me podría afear a mí a escribir novelas rosas. Que una cantaora como Mayte Martín tire a las canciones es algo lógico, porque tiene inquietudes y una voz que se presta a cantarlo todo. Ha demostrado con creces que es cantaora y si ahora busca otra cosa, está en su derecho. Lo que no me parece lógico es que le hagan la ola los críticos de flamenco y los aficionados al cante jondo. Y hasta los grandes medios de comunicación. Ya veremos cuando Paqui Ríos grabe, qué apoyos recibe. Supongo que los mismos que los que recibieron cuando grabaron pedazos de cantaoras como Antonia Contreras o Esperanza Fernández. En ExpoFlamenco hemos apoyado siempre el cante tradicional. Llevo toda mi vida haciéndolo, esto es, más de cuarenta años, y no pienso cambiar a estas alturas. Siempre he tenido claro qué es una cantaora y qué una cantante aflamencada. Quiero decir, quiénes fueron Isabelita de Jerez o la Niña de Antequera, María la Perrata o Antoñita Moreno. Sinceramente, no me interesa nada Rocío Márquez, aunque me interesó hace años, cuando comenzaba, porque sabía cantar y amaba el cante de verdad. Lo que hace hoy es una caricatura, algo muy alejado del cante. Tiene mercado, obviamente. También lo tenían la Perlita de Huelva o Dolores la Terremoto. Pero a mí quienes me cautivaron fueron Fernanda y Bernarda, la Paquera o María Vargas. O sea, el cante jondo. ¿Saben lo que decía la Niña de los Peines cuando hablaban los entendidos del cante jondo, gitano o flamenco y de coplas o canciones, en su presencia? “Me vais a volver loca”. Pues eso. Un poco de cordura, por favor. A ella le gustaban muchos las cantantes y las intérpretes de la copla, como Gracia de Triana o Juanita Reina. Pero cuando estaba mal invitaba a su casa a su comadre la Perla de Triana.

 


Arahal, Sevilla, 1958. Crítico de flamenco, periodista y escritor. 40 años de investigación flamenca en El Correo de Andalucía. Autor de biografías de la Niña de los Peines, Carbonerillo, Manuel Escacena, Tomás Pavón, Fernando el de Triana, Manuel Gerena, Canario de Álora...

1 COMMENT
  • Pedro Cordoba 9 abril, 2024

    ¡Cuantísima razón! El caso más ejemplar me parece el de Esperanza Fernández, que puede pasar de interpretar obras de Manuel de Falla o de Joaquín Turina a piezas de Mauricio Sotelo, cantar con Camarón, Morente o Kiko Veneno, con orquestas de cámara y bandas de jazz, compartir escenario con Myriam Makeba, protagonizar el Concierto de Navidad en la Catedral de Sevilla y volver siempre a lo suyo, a lo de siempre, al cante de Triana (y de Lebrija). ¿Cuánta cantante aflamencada puede alardear de haber “fusionado” o “experimentado” tanto, siendo Esperanza el arquetipo de la gran cantaora de flamenco? Desaparecidas Fernanda y la Paquera, la voz femenina más jonda que nos queda es la de Esperanza Fernández. Bueno, hay otras, pero no capaces de cantar cosas tan distintas.

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